El general Colin L. Powell, quien murió este lunes a los 84 años de edad por complicaciones relacionadas con el covid-19, forjó una brillante carrera militar y política que hizo historia, cuya gran "mancha" fue su controvertida defensa ante la ONU de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak para justificar la invasión de este país.
Powell fue el primer afroamericano en ocupar el cargo de secretario de Estado de Estados Unidos, de 2001 a 2005 y el de jefe del Estado Mayor Conjunto.
El hijo de migrantes que sirvió en Vietnam y se convirtió en el asesor militar de EU
Nacido el 5 de abril de 1937 en Harlem, Nueva York, e hijo de migrantes jamaiquinos, el "viaje americano" de Powell, como el título de su autobiografía, comenzó en la Gran Manzana, donde creció y se licenció en geología.
Desde joven ascendió todos los peldaños del escalafón militar hasta convertirse en general de cuatro estrellas durante sus 35 años de servicio. También participó en el Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva en la universidad. Se casó en 1962 con Alma y tuvieron tres hijos: Michael, Linda y Annemarie.
Tras su graduación en 1958 fue nombrado segundo teniente en el Ejército y destinado a lo que entonces era Alemania Occidental, y estuvo dos veces destacado en Vietnam entre 1962 y 1963 como uno de los miles de asesores militares del entonces presidente, John F. Kennedy, y entre 1968 y 1969 para investigar la masacre de My Lai.
Fue condecorado con el Corazón Púrpura (Purple Heart), una distinción militar que confiere el presidente de Estados Unidos para los heridos o muertos en guerra contra los enemigos de los Estados Unidos o como resultado de una acción enemiga o fuerza armada extranjera
Pero también tuvo que enfrentarse críticas por su informe sobre los centenares de muertes en My Lai, que para algunos descartaba cualquier acusación de delito.
"Estuve en una unidad que fue responsable de My Lai. Llegué allí después de que ocurriera My Lai", dijo al entrevistador Larry King en 2004. "Así que, en la guerra, este tipo de cosas horribles ocurren de vez en cuando, aunque siguen siendo deplorables".
De vuelta a Washington, ascendió rápidamente hasta la cima de la seguridad nacional. Sirvió a Ronald Reagan como asesor de seguridad nacional, y a George H.W. Bush y a Bill Clinton como presidente del Estado Mayor Conjunto de 1989 a 1993.
Comenzó como asesor militar del entonces secretario de Defensa, Caspar Weinberger y, durante la presidencia de Reagan, fue promocionado a asesor de Seguridad Nacional, donde ocupó un papel clave en las cumbres entre Estados Unidos y la extinta Unión Soviética, que marcaron el segundo mandato de Reagan y supusieron el fin de la "guerra fría".
Como jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, dirigió las operaciones militares estadunidenses en Panamá, Granada, Filipinas y Liberia; y más tarde organizó el despliegue de fuerzas en Arabia Saudí al iniciarse la crisis del Golfo en agosto de 1990 y el comienzo de la primera guerra contra Irak.
Su experiencia en Vietnam le llevó a desarrollar la llamada "Doctrina Powell", según la cual si Estados Unidos interviene en un conflicto extranjero, debe desplegar una fuerza abrumadora para obtener una victoria rápida.
Para muchos estadunidenses, fue la cara pública de la Guerra del Golfo de 1991 contra Irak. Su reputación se disparó tras la guerra relámpago que expulsó a las fuerzas de Saddam Hussein de Kuwait.
El diario The New York Times recordaba una de sus ruedas de prensa en el Pentágono al principio de la guerra del Golfo, donde Powell resumió su táctica para derrotar a las fuerzas de Sadam Husein.
"Nuestra estrategia a la hora de luchar contra este Ejército es muy simple. Primero, vamos a aislarles y luego los vamos a matar", aseguraba Powell en ese entonces.
Durante un tiempo, incluso consideró la posibilidad de presentarse a la presidencia. Pero tras retirarse del ejército en 1993, Powell se dedicó a trabajar en favor de los jóvenes desfavorecidos como presidente de America's Promise.
Su designación como secretario de Estado y la Guerra de Irak
Esquivó las preguntas sobre su intención de ocupar un cargo público, hasta que George W. Bush le ofreció el cargo de secretario de Estado. Sus cuatro años a cargo de la diplomacia estadunidense quedaron marcados por la decisión de invadir Irak en 2003.
"El general Powell es un héroe americano, un ejemplo americano y una gran historia americana", dijo George W. Bush al anunciar su nombramiento como secretario de Estado en 2000. "En la franqueza de su discurso, su altísima integridad, su profundo respeto por nuestra democracia y su sentido del deber y el honor de soldado, Colin Powell demuestra... cualidades que le convertirán en un gran representante de todo el pueblo de este país".
"Espero que sirva de inspiración a los jóvenes afroamericanos", dijo Powell en la aceptación del nombramiento en 2000. "No hay limitaciones para ustedes", les dijo.
Considerado un pragmático, y defensor de las alianzas internacionales, se opuso en un primer momento a la invasión militar de Irak, pero finalmente cedió a las presiones del ala más agresiva del gobierno estadunidense después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Sin embargo, le costó quitarse la espina de su discurso de febrero de 2003 ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la supuesta existencia de armas de destrucción masiva en Irak. Posteriormente se demostró que las pruebas que presentó eran falsas.
Años más tarde, reconoció que esa fallida intervención sería la gran "mancha" en su trayectoria.
"Es una mancha... y siempre formará parte de mi historial. Fue doloroso. Ahora es doloroso", dijo Powell en una entrevista de 2005 con ABC News.
Aun así, en una entrevista con la CNN en julio de 2009, Powell se defendió citando el sentido del deber y de la obediencia como militar a la autoridad del presidente.
"Es como en las Fuerzas Armadas, hablas, debates sobre algo, pero una vez que el presidente ha tomado la decisión se convierte en una decisión para el gobierno", dijo.
Empero, apoyó la invasión hasta el final de su mandato, lo que le ha valido fuertes críticas desde entonces.
"Sabía que no tenía ninguna opción", dijo Powell a The New York Times en julio de 2020. "¿Qué opción tenía? Es el presidente".
Su últimos años como "republicano liberal"
Powell admitió que sus puntos de vista sociales liberales lo convirtieron en un compañero de viaje extraño para muchos republicanos, que a menudo usaban su figura para ejemplificar la inclusividad del partido.
"Sigo siendo republicano. Y creo que el Partido Republicano me necesita más que el Partido Demócrata", dijo a MSNBC en 2014. "Se puede ser republicano y seguir preocupándote por cuestiones como la migración y la mejora de nuestro sistema educativo y hacer algo sobre algunos de los problemas sociales que existen en nuestra sociedad y nuestro país".
Pero desde 2008, ha apoyado a los demócratas Barack Obama, Hillary Clinton y Joe Biden en sus carreras hacia la Casa Blanca. Aunque perteneciente al "gran viejo partido", se desmarcó en los últimos años de los conservadores, ya que el pasado año pidió el voto para Biden, e hizo lo mismo en 2016 cuando respaldó la candidatura a la Casa Blanca de Hillary Clinton, en vez del republicano Donald Trump.
En la Convención Nacional Demócrata del 2020, donde ofreció su respaldo a Biden en una intervención pregrabada, Powell habló de la polarización en el país.
"Hoy somos un país dividido y tenemos un presidente (Trump) que está haciendo todo en su poder para mantenernos así. Un presidente que nos una marcaría una gran diferencia, alguien que restaure nuestra fuerza y nuestra alma", señaló.
Powell recibió varios honores civiles, entre ellos dos veces la Medalla Presidencial de la Libertad por parte de Bush padre y Clinton. Tras conocerse su deceso, se sucedieron los mensajes de alabanza por parte de líderes de todo el espectro político estadunidense.
"Muchos presidentes confiaron en el consejo y la experiencia del general Powell. Fue un favorito de los presidentes que logró la Medalla Presidencial de la Libertad en dos ocasiones", recordó el ex presidente George W. Bush (2001-2009) en un comunicado conjunto con su esposa Laura.
Bush, quien le escogió para dirigir la diplomacia estadounidense, remarcó el "gran respeto" hacia Powell "tanto en casa como el extranjero".
Por su parte, el actual secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, describió a Powell como "un mentor" y lamentó que "el mundo haya perdido a uno de los más grandes líderes", en declaraciones a los periodistas tras conocer la noticia en Georgia, donde se encuentra de viaje internacional. Austin sigue la estela de Powell al ser el primer secretario de Defensa de raza negra.
dmr