Presuntas bombas artesanales fueron enviadas en Estados Unidos a Barack Obama, Hillary Clinton y a la cadena CNN, todos denostados por el presidente Donald Trump, inflamando el ya tenso panorama político antes de la elección legislativa y en medio de acusaciones al mandatario de sembrar la violencia.
Los paquetes aparecieron en plena campaña por las legislativas de mitad de mandato del 6 de noviembre, vistas como un referendo para el mandatario y el gobernante Partido Republicano.
El ex presidente Obama y la ex candidata presidencial Clinton son los miembros más prominentes del opositor Partido Demócrata, en tanto CNN se ha distinguido por su agresiva cobertura del gobierno de Trump.
La serie de supuestos explosivos se inició el lunes con la detección de un paquete sospechoso en la residencia de Nueva York del multimillonario y filántropo George Soros, donante de Clinton y crítico del magnate. “Los dispositivos parecen ser bombas caseras”, dijo Bryan Paarmann del FBI (Buró Federal de Investigaciones, por sus siglas en inglés).
“No tengo certeza en este momento de que (quien esté detrás de esto) sea una persona o una red”, dijo ayer a CNN el jefe de la policía de Nueva York, James O’Neill, confiando en que los responsables sean identificados y arrestados en los próximos días.
Además de los cuatro paquetes sospechosos enviados a Soros, Clinton, Obama y CNN, otros artefacto fueron interceptados dirigidos también a destacados demócratas afroestadunidenses: el ex fiscal general de Obama, Eric Holder y la legisladora de California Maxine Waters.
Todos fueron enviados por correo con el mismo remitente: la legisladora por Florida Debbie Wasserman Schultz, ex presidenta del Comité Nacional Demócrata.
Los líderes demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes demandaron a Trump retractarse de sus declaraciones en las que —afirman— ha sostenido la violencia, a raíz del envío de los artefactos explosivos.
Trump llamó a la unidad nacional tras los actos terroristas contra los prominentes miembros del partido opositor y contra CNN.
“Las palabras del presidente quedarán huecas hasta que se retracte de sus declaraciones en las que consiente los actos de violencia”, reaccionaron en una declaración conjunta el senador Charles Schumer y la legisladora Nancy Pelosi.
Ambos líderes demócratas deploraron que el presidente Trump, con sus palabras y acciones, consienta retiradamente actos de violencia física que han dividido a los estadunidenses.
Entre los ejemplos, citaron el apoyo del mandatario republicano a un legislador que “atacó a un reportero, el respaldo a los neonazis que mataron a una mujer en Charlottesville, a sus seguidores que atacan a manifestantes, así como a dictadores de otros países que matan a sus ciudadanos”.
Schumer y Pelosi deploraron también que el ejecutivo estadunidense se refiera la prensa libre como “enemiga del pueblo”.
Por su parte, el presidente de la CNN, Jeff Zucker, afirmó que “Hay una total y completa falta de comprensión en la Casa Blanca sobre la gravedad de sus continuos ataques a los medios”.
“Las palabras importan. Hasta ahora, no han demostrado entender eso”, agregó.
CNN evacuó el miércoles su oficina de Nueva York luego de detectar el envío de una supuesta bomba artesanal junto con un sobre que contenía polvo blanco.
El paquete iba dirigido al ex director de la CIA John Brennan, frecuente invitado de la cadena como analista y fuerte crítico de Trump.
El Servicio Secreto, la agencia federal que vela por la seguridad de dignatarios y ex dignatarios estadunidenses, halló el martes la presunta bomba dirigida a Clinton en la casa de Manhattan que comparte con su esposo, el ex presidente Bill Clinton.
El miércoles detectó el paquete dirigido a la oficina de Obama en Washington D.C.
Hasta anoche, ninguna persona ni grupo se ha atribuido el envío de los paquetes.
Hillary Clinton agradeció al Servicio Secreto y expresó su preocupación por lo que calificó como “tiempos difíciles” en Estados Unidos.
“Es una época de divisiones profundas y tenemos que hacer todo lo posible para unir a nuestro país”, dijo en un acto electoral en Miami, Florida.
DETIENEN A SUPREMACISTAS
Tres integrantes de un grupo de supremacistas de California fueron arrestados por el FBI por supuestamente incitar a disturbios en mítines políticos de extrema derecha, incluida la letal marcha en Charlottesville, Virginia, el año pasado.
Robert Rundo, cofundador y líder del Movimiento Rise Above (RAM), fue arrestado en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, mientras que otros dos, Robert Boman y Tyler Laube, fueron detenidos el miércoles por la mañana. Otros cuatro miembros del mismo grupo fueron arrestados bajo cargos similares a principios de mes después de haber sido identificados en fotos y videos en la marcha “Unite the Right” (Unir a la derecha) en agosto 2017 en Charlottesville.
La manifestación culminó con la muerte de una mujer y otras 19 personas heridas después de que un simpatizante neonazi atropellara a una multitud de contramanifestantes.
El presidente Donald Trump tardó 48 horas en responder solo para culpar a “ambas partes”.
Crisis por paquetes bomba le estalla a Donald Trump
Los artefactos fueron enviados por correo a Soros, Clinton, Obama, el ex fiscal general Eric Holder y la legisladora de California Maxine Waters.
Nueva York-Washington y Los Ángeles /
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