Los policías que encapucharon y mantuvieron boca abajo a un afroamericano fallecido durante su arresto en marzo en Rochester, Nueva York, no serán inculpados por su muerte, anunció la fiscal general del estado, Letitia James.
James no ocultó su pesar al dar la noticia, ya que un gran jurado consideró que no había pruebas suficientes para inculpar a los involucrados en la muerte de Daniel Prude, de 41 años, que sufría un episodio psicótico cuando fue arrestado.
"Daniel Prude estaba en la agonía de una crisis de salud mental y lo que precisaba era compasión, cuidado y ayuda de profesionales entrenados. Trágicamente, no recibió ninguna de esas cosas", sostuvo James en un comunicado. La muerte de Prude "podría haberse evitado", dijo.
La fiscal sostuvo que las leyes actuales sobre uso de fuerza letal "han creado un sistema que falló totalmente y miserablemente a Prude y a tantos otros antes que él". Se necesitan serias reformas, no solo en el departamento de policía de Rochester, sino en nuestro sistema judicial penal como un todo", aseguró James, quien es afroamericana.
La fiscal dijo que aún existen "serias inquietudes" sobre la conducta de la policía de Rochester y emitió una serie de recomendaciones, principalmente sobre cómo la policía debe enfrentar crisis de salud mental. El jefe de policía de Rochester renunció en septiembre tras días de protestas a raíz de la muerte de Prude.
¿Cómo fue la muerte de Daniel Prude?
Todo comenzó el 23 de marzo, cuando el hermano de la víctima llamó a la policía para que ayudara a Prude, que sufría una crisis psicótica y había salido de madrugada desnudo a las calles nevadas.
El video obtenido por la familia en septiembre, filmado por cámaras colocadas en la vestimenta de los agentes, muestra a Daniel Prude desnudo y desarmado.
La policía le ordenó que se tirara al piso y éste obedeció, y fue esposado. Pero luego se mostró agitado. Los policías le colocaron entonces una capucha diseñada para que los agentes eviten escupitajos o mordiscos de los detenidos, y le obligaron a mantener la cabeza boca abajo durante dos minutos.
Prude perdió el conocimiento. Los policías trataron de reanimarlo, pero no lo lograron y lo trasladaron al hospital, donde murió una semana después, cuando fue retirado de las máquinas que lo mantenían con vida.
La policía de Rochester también fue cuestionada tras esposar a una niña de nueve años y rociarla con gas pimienta en enero, en medio de una ola de indignación ante los métodos utilizados por las fuerzas de seguridad estadunidenses.
La muerte en mayo en Minneapolis de George Floyd, luego de que el policía blanco Derek Chauvin se arrodillase en su cuello durante más de ocho minutos, desató masivas protestas nacionales convocadas por el movimiento Black Lives Matter contra el racismo y la brutalidad policial.
dmr