Donald Trump exhortó ayer a sus votantes que ayuden a preservar las “frágiles” victorias del Partido Republicano que pueden ser borradas por los demócratas, en el cierre de una campaña para las elecciones legislativas de mitad de mandato que ha sido definida por su retórica con mucha carga racial, duras medidas contra la inmigración y dispersas propuestas políticas.
La sombra de Trump ha pendido sobre los comicios que determinarán el futuro de su presidencia, en una batalla que sirvió como campo de pruebas para sus discursos nacionalistas y la fuerza de la coalición que lo llevó a la Casa Blanca hace dos años. El mandatario republicano insistió ante los votantes que todo está en juego cuando los electores son llamados a votar.
“Todo está muy frágil. Todo lo que les dije, puede deshacerse y cambiarse si los demócratas llegan”, afirmó a sus partidarios en una conferencia telefónica organizada por su campaña de reelección. “Han visto cómo se han comportado. Han visto lo que les ha pasado. Realmente se han radicalizado”.
El lunes, Trump pasó sus últimas horas de gira en Ohio e Indiana, con otra escala en Missouri. Cualquiera que sea el resultado, Trump dejó claro que sabía que su futuro político está en riesgo. “En cierto sentido, estoy en la boleta”, le dijo a un animado grupo en Cleveland. “Las elecciones de mitad de mandato solían ser como aburridas”, afirmó. “Ahora son lo más candente”.
También ahí, Trump declaró que “todo está en juego” mientras trataba de apoyar la campaña del fiscal general de Ohio, Mike DeWine, el candidato republicano a la gubernatura.
Antes de eso, durante la conferencia telefónica, advirtió que la gente debía salir a votar porque “la prensa lo considera como un referendo sobre mí y sobre nosotros como movimiento”.
Pese a que el nombre de Trump no está en las papeletas, está claro que las elecciones son un referendo sobre su gobierno. Están en juego la totalidad de los escaños en la Cámara de Representantes, un tercio de los puestos del Senado, 36 gobernadores y decenas de legislaturas estatales.
Los republicanos cada vez están más confiados de que mantendrán control del Senado, pero se enfrentan viento en contra en la Cámara de Representantes.
Según una encuesta encargada por el diario The Washington Post y ABC News, los demócratas tienen ventaja de 50 por ciento frente a 43 por ciento en la Cámara baja, pero esta diferencia se ha reducido desde agosto.
Votos de "ilegales"
Trump alertó ayer que los inmigrantes indocumentados que se encuentran en EU pueden intentar "votar ilegalmente" en las elecciones legislativas de hoy.
En la víspera de los comicios que decidirán el control del Congreso, el presidente estadunidense afirmó a través de Twitter que las agencias de seguridad de su gobierno, “han recibido órdenes de fijarse bien en cualquier VOTO ILEGAL que podría tener lugar en las elecciones del martes (o en el voto anticipado)”.
“Cualquiera que detectemos (votando ilegalmente) será sujeto a las Penas Criminales Máximas permitidas por la ley. ¡Gracias!”, añadió el magnate en su cuenta oficial de Twitter.
Preguntado más tarde sobre si tenía pruebas de algún plan para promover el voto ilegal en las legislativas, Trump respondió a los periodistas que “hay mucha gente, en mi opinión y basándome en pruebas, que intentan entrar ilegalmente (al país) y que efectivamente votan ilegalmente”.
Trump volvió así a poner el foco en los indocumentados, a los que ha convertido en protagonistas de su discurso electoral, presentándolos como criminales y incitando al miedo en relación con la caravana de inmigrantes centroamericanos que se dirige a EU.
El mandatario también rescataba uno de los temas en los que más insistió durante su campaña en 2016. Aunque ganó las elecciones, pareció molestarle que su rival, la demócrata Hillary Clinton, se impusiera en términos del sufragio popular y denunció que en los comicios habían votado de tres a cinco millones de indocumentados, sin proporcionar ninguna prueba.
De pibil y camarón para Obama
La taquería Coyo Taco, del mexicano Alan Drummond en el distrito de arte de Wynwood de Miami, enloqueció cuando el viernes Barack Obama llegó por sorpresa acompañado por agentes del servicio secreto y pidió tres tacos de cochinita pibil, pollo al carbón y camarón, y dejó una propina de 40 dólares en el contexto de su apoyo a las campañas del senador Bill Nelson, quien busca la reelección y del afroamericano Andrew Guillium, por la gubernatura, se dio a conocer ayer.