Congresistas demócratas y la alcaldesa de Washington D.C., Muriel Bowser, defendieron la condición de estado para la capital de Estados Unidos, proclamando la privación de derechos de los residentes de la ciudad como una de las últimas violaciones flagrantes de los derechos civiles estadunidenses.
Más de 712 mil personas viven en el Distrito de Columbia, un bastión demócrata con una población mayor que la de dos estados, Wyoming y Vermont, y comparable a la de otros dos.
Sus residentes luchan en las guerras de Estados Unidos y se enfrentan a una presión fiscal federal mayor que la de los 50 estados. Sin embargo, aunque los habitantes de Washington pueden votar en las elecciones presidenciales, se les niega el voto en las del Congreso.
"Todos los estadunidenses merecen tener voz en su propio gobierno", dijo la congresista Carolyn Maloney, presidenta del Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes, al iniciar una audiencia sobre un proyecto de ley que convertiría a Washington D.C. en el estado número 51. También Puerto Rico ha planteado esa decisión.
"Impuestos sin representación fue el grito de batalla de nuestra revolución, y sigue siendo un grito de batalla".
El camino para lograr la condición de estado esto será arduo. Se espera que el proyecto de ley se apruebe en la Cámara de Representantes, pero es poco probable que se apruebe en el Senado, que está dividido en partes iguales, y donde se prevé que los republicanos bloqueen la medida.
Pero los demócratas están aprovechando su control del Congreso para tomar impulso. Un sondeo reciente de Data For Progress muestra que el 54 por ciento de los posibles votantes de todo el país creen que Washington D.C. debería ser un estado, un nivel de apoyo récord.
Con los demócratas controlando la Cámara de Representantes, el Senado y la Casa Blanca, "nunca hemos estado más cerca de ser un estado", dijo en la audiencia Eleanor Holmes Norton, que representa al distrito en la Cámara como delegada sin voto.
Los partidarios de esta medida se reunieron el lunes en varias partes de la ciudad con pancartas. Las autoridades Washington también colocaron banderas estadounidenses cerca de la Casa Blanca con 51 estrellas en lugar de las 50 oficiales, añadiendo una estrella más para Washington.
El propio Biden respalda la iniciativa. "Cree que merecen estar representados, por eso apoya la estadidad del Distrito de Columbia", dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a los periodistas el pasado jueves.
De convertirse en un estado, la capital tendría derecho a dos senadores estadounidenses y un representante con derecho a voto en la Cámara. Dado que Washington se inclina mayoritariamente por los demócratas, es probable que el partido consiga los tres escaños del Congreso.
Los demócratas presentan el proyecto de ley como un remedio tardío a la privación de derechos perpetuada desde que el Congreso convirtió a Washington en la capital permanente de la nación en 1790, y una cuestión de derechos civiles de larga data para una ciudad en la que casi el 50 por ciento de su población es afroamericana.
dmr