Los residentes de Chicago acuden a las urnas para elegir a la primera alcaldesa negra de esta ciudad estadunidense -y potencialmente la primera abiertamente homosexual- en una votación histórica centrada en temas de igualdad económica, raza y violencia armada.
Lori Lightfoot y Toni Preckwinkle, ambas afro estadunidenses, compiten por el puesto. Una se define como 'outsider' y reformista, y la otra como una mano firme con experiencia.
Estas elecciones suponen un punto de inflexión en la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, que desde 1837 sólo ha elegido un alcalde negro y una mujer. Si Lightfoot gana, se convertirá, además, en el primer jefe del ejecutivo de la ciudad abiertamente homosexual.
Los analistas indican que los votantes están tratando de agitar al estamento político de la ciudad, hartos de una violencia armada que se cobra más vidas aquí que en cualquier otra gran ciudad estadunidense y de años de corrupción política en este tradicional baluarte demócrata.
"Es una de las elecciones más significantes en la historia de Chicago", dijo a la AFP Evan McKenzie, profesor de Ciencia política de la universidad de Illinois.
"Los votantes de Chicago parecen estar en una actitud mental de 'expulsar a los vagos'", señaló.
La fase inicial constaba de 14 aspirantes, pero los más moderados y las figuras del establishment quedaron fuera de juego en una primera votación en febrero.
Las dos figuras que más votos captaron, Lightfoot y Preckwinkle, compiten este martes con programas reformistas progresistas y promesas de hacer una limpieza en el gobierno de la ciudad y reducir las desigualdades económicas.
Aunque tienen muchas similitudes, se diferencian en sus carreras: Lightfoot, una ex fiscal federal que dirigió un panel que investigaba problemas políticos de Chicago, nunca ha ejercido un cargo político, mientras que Preckwinkle es la jefa ejecutiva del condado de Cook, donde está Chicago, y ocupa puestos públicos en la ciudad desde hace décadas.
Según los medios locales, es Lightfoot quien parece tener más apoyo en las encuestas preelectorales. "Es el cambio contra lo establecido", dijo ella misma en un debate reciente.
"La gente espera que ocurra algo diferente. Ser el buque para eso es abrumador", dijo Lightfoot a periodistas el martes.
En las horas finales, Preckwinkle expresó su optimismo y remarcó la necesidad de tratar la violencia de la ciudad con una combinación de servicios sociales.
"La respuesta no puede ser únicamente una respuesta policial", afirmó.
Nuevas ideas
Los votantes han dejado claro que quieren que la ganadora se haga cargo de los grandes temas que afectan a esta metrópoli de 2.7 millones de habitantes. "El mensaje es que (los votantes) quieren nuevas ideas y un gobierno más limpio", indicó McKenzie.
Diversos grupos comunitarios se han quejado durante años de las disparidades en las condiciones de vida entre las diversas comunidades de la ciudad, donde la violencia armada, incrementada por las bandas y el narcotráfico, afecta directamente a los barrios más deprimidos del sur y el oeste, la mayoría de ellos de población negra.
El distrito financiero, las áreas del norte y las zonas que bordean el famoso lago Michigan disfrutaron de un boom financiero, al tiempo que más de 550 personas fueron asesinadas el año pasado.
Reformar el departamento de policía, que detenta un sórdido historial de prácticas abusivas, y el ayuntamiento, actualmente en la mira por una investigación federal por corrupción de uno de sus miembros, son otras de las prioridades, según McKenzie.
Los votantes "están cansados de corrupción, de investigaciones federales a funcionarios de la ciudad, de la mala conducta de la policía y de una crisis presupuestaria", agregó.
El caso Laquan McDonald
Ambas candidatas se baten para reemplazar al saliente Rahm Emanuel, que en su momento fue una estrella del partido demócrata y primer jefe de gabinete de la administración Obama.
Emanuel sufrió algunos daños políticos por su gestión del caso del Laquan McDonald y decidió no presentarse para un tercer mandato.
En 2014, un policía blanco mató de seis disparos a McDonald, un negro de 17 años, que sujetaba un cuchillo aunque se encontraba a bastante distancia del uniformado.
La difusión muy tardía en 2015 de un video que mostraba la muerte del adolescente encendió la cólera de la población y desencadenó meses de manifestaciones.
Emanuel se enfrentó a acusaciones de tentativa de encubrimiento. Expulsó al jefe de policía y se embarcó en una reforma que instituyó algunos cambios, trabajo para recuperar la confianza pública y reducir la violencia armada.
El policía fue condenado en enero a cerca de siete años de prisión por la muerte del joven.
jamj