El actual cierre parcial del gobierno federal es ya el más largo en la historia de Estados Unidos y frena cada día un poco más la expansión de la primera economía mundial.
La mayor parte de los bloqueos administrativos fueron demasiado cortos para tener un impacto en el crecimiento. Pero es más difícil prever lo que ocurrirá esta vez, ya que el cierre se mantiene desde hace tres semanas.
“A medida que se prolonga el bloqueo, crece el sufrimiento”, declara Beth Ann Bovino, economista jefe en la agencia de calificación crediticia S&P Global Ratings.
“El cierre parcial de la administración cuesta mil 200 millones de dólares por semana a la economía”, asegura Bovino.
De seguir así durante dos semanas más, el bloqueo le habrá costado a Estados Unidos tan caro como el muro de 5 mil 700 millones de dólares que el presidente Donald Trump quiere construir en la frontera con México y que los demócratas, que tienen la mayoría en la nueva Cámara de Representantes, se niegan a aprobar.
Trump rechaza firmar el presupuesto para financiar el gobierno federal si no se incluyen los fondos para pagar la construcción del muro, y ni él ni los demócratas parecen dispuestos a ceder en este pulso.
Aunque los shutdowns de 1995 y 2013 mostraron que la economía podía recuperarse rápidamente una vez superado el bloqueo presupuestario, la parálisis del gobierno federal tiene un efecto negativo en numerosos asuntos más allá del salario de los funcionarios, que suelen cobrar sus sueldos de forma retroactiva, cuando vuelve la financiación.
Efectos dominó
A la espera de una salida a la disputa entre el presidente y los demócratas, los agricultores, lastrados por la guerra comercial emprendida por Trump, no cobran la ayuda prometida por el gobierno y no reciben las subvenciones para la compra de semillas y de alimentos para animales.
Las familias más pobres se quedarían sin una ayuda alimentaria a partir de finales de febrero próximo.
La Reserva Federal ha pedido a los bancos que sean comprensivos, y el departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano ha rogado a los propietarios que no expulsen a los inquilinos más desfavorecidos, que reciben una subvención del gobierno federal para pagar el alquiler.
Las inspecciones sanitarias se han suspendido, el organismo que supervisa la bolsa, la SEC, ha dejado de tramitar los documentos de entrada en bolsa y se ha retrasado la concesión de permisos de explotación petrolera y gasística.
Según una estimación de la agencia de noticias Bloomberg News, los contratistas están perdiendo un promedio de al menos 200 millones de dólares diarios por la cancelación de las adjudicaciones (mil 200 mdd a la semana contando seis días laborales).
El cierre de la administración tiene un fuerte impacto para los 380 mil trabajadores federales que se encuentran en una situación de desempleo forzoso y también para los otros 420 mil cuya labor se considera “esencial” para el funcionamiento del Estado y que trabajan, por tanto, sin cobrar sueldo.
Según la inmobiliaria Zillow, esos empleados deben pagar un total de casi 438 millones de dólares al mes en alquileres y préstamos hipotecarios.
En algunos barrios de Washington D.C., donde vive cerca de 20 por ciento de los empleados del gobierno federal, los restaurantes están vacíos, los taxis inactivos.
Yingrui Huang, ingeniero para una subcontratista en un centro de la NASA en el estado de Maryland, afirma que su empresa, que construye satélites meteorológicos y telescopios para el gobierno, permanece cerrada hasta nuevo aviso.
Mientras tanto, este ingeniero ha optado por conducir para la plataforma de reserva de vehículos con chofer Lyft. Pero dice estar preocupado por sus colegas que cobran por hora, como los conserjes o secretarios.
“Sus salarios son muy inferiores a los de la mayoría de los ingenieros y no están bajo los proyectores ni nadie está pensando en ellos”, recuerda.
La Cámara de Representantes aprobó el viernes una ley, ya validada por el Senado, para garantizar que los funcionarios cobren con carácter retroactivo el salario una vez termine el cierre. Ahora le corresponde al presidente promulgarla.
ParálisisDesacuerdos
• El shutdown se da por falta de acuerdo entre el presidente y al menos una de las dos cámaras que componen el Legislativo en torno al presupuesto federal.
Orígenes
• El primer cierre fue en 1976 pero se endureció en la década de los ochenta tras la reinterpretación de una norma de 1884.
Consecuencias
• Al no haber presupuesto, el gobierno cierra instituciones y manda a casa a decenas de miles de empleados.
¿Qué cierra?
• Parques, museos, monumentos, empleados civiles del Pentágono y de las secretarías de Vivienda, Medio Ambiente, Educación y Comercio.
Sí trabajan
• Personal de instituciones de seguridad nacional, ejército, policía federal, médicos y de emergencia, aeropuertos y prisiones.
Sin paga
• Los funcionarios al quedar sin empleo temporal no reciben paga y el personal que trabaja lo hace sin retribución.