Surgidas de minorías, las cuatro legisladoras demócratas atacadas por Donald Trump encarnan el ala izquierda de su partido y para algunos, también su futuro, gracias a su decidida oposición al presidente, a veces no exenta de polémicas.
Desde su desembarco en enero en la Cámara de Representantes, se las conoce como The Squad (El Escuadrón).
Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Ayanna Pressley y Rashida Tlaib forman parte de esas nuevas caras que permitieron a los demócratas retomar el control de la Cámara baja tras las elecciones de mitad de periodo de noviembre pasado.
Las cuatro combaten a Trump con sus mismas armas –las redes sociales, sobre todo Twitter– y pretenden que el partido adopte sus propuestas progresistas, resistidas por los viejos referentes demócratas, más centristas.
Hija de un estadunidense y de una puertorriqueña, Ocasio-Cortez, quien creció en el neoyorquino barrio popular del Bronx, es, con 29 años, la más joven de la cámara.
AOC (como la prensa le llama por sus siglas) se dice “socialista”, una idea que en Estados Unidos está sumamente escorada a la izquierda, y difunde ampliamente su mensaje gracias a sus 4.7 millones de seguidores en Twitter.
Es la más carismática en este grupo y se le vaticina un futuro prometedor en la política de EU.
A mediados de junio, AOC desató la polémica al comparar los centros de detención de inmigrantes en la frontera con México con “campos de concentración” y al calificar de “fascista” a la Casa Blanca.
Sus detractores la acusan de “ensuciar la memoria” de las víctimas del Holocausto.
Su proyecto de impuestos a los más ricos, de un control más estricto a los bancos y sus críticas a la “tibieza” del plan climático del ex vicepresidente Joe Biden, aspirante presidencial demócrata, suscitan resistencia en su propio partido.
Omar, de 37 años, que lleva el velo islámico, realizó comentarios sobre Israel juzgados antisemitas por numerosos legisladores, incluso demócratas.
La congresista afirmó en febrero que varios legisladores defienden a Israel por interés financiero. Hija de refugiados somalíes llegados a Minnesota cuando ella tenía 12 años, negó que su declaración fuera antisemita.
En marzo, había sido acusada de minimizar los atentados del 11 de septiembre de 2001, los más mortíferos que han tenido lugar en suelo estadunidense.
Trump publicó entonces en Twitter un video en el que se asocian declaraciones de Omar a imágenes de las torres gemelas de Nueva York devoradas por las llamas. El lunes, el presidente volvió a acusarla de respaldar a Al Qaeda.
Tlaib, de 42 años, nació en Detroit (Míchigan) en el seno de una familia palestina. Esta ex abogada que hizo del reclamo de destitución de Trump el eje de su campaña defendió en enero la acción internacional de boicot a Israel, asegurando que en EU el boicot “es un derecho”. “Es parte de nuestro combate histórico por la libertad y la igualdad”, agregó.
Omar y Tlaib son las dos primeras mujeres musulmanas en ingresar al Congreso.
Pressley, de 45 años, es la primera mujer negra en representar a Massachusetts en el Capitolio federal. Integra, junto a Tlaib y Ocasio-Cortez, la poderosa comisión de finanzas de la Cámara baja.
Fervorosa detractora de la política de inmigración de la administración Trump, denunció las condiciones en que los migrantes centroamericanos son retenidos en los locales de la policía fronteriza. Están en “jaulas”, dijo.
Para Pressley, “El Escuadrón” no se limita a ellas; “incluye a todos los que se consagren a la construcción de un mundo más justo y equitativo”.