Con el trasfondo de un gasto sin precedentes de multimillonarios y de los ciudadanos comunes,las elecciones legislativas intermedias de este 8 de noviembre en Estados Unidos, avanzan en la dirección de convertirse en unas de las más costosas de la historia, con una factura estimada en más de 9 mil millones de dólares a nivel estatal y federal.
OpenSecrets.org estimó que sólo los candidatos a 36 legislaturas estatales y gubernatura, comités partidistas y de referéndum locales, recaudarán más de 7 mil millones de dólares, a lo que se añaden los costos de más de 2 mil millones de dólares de las campañas federales para los 435 asientos de la Cámara baja y 35 del Senado.
“Los republicanos y los demócratas están involucrados en una carrera monetaria cada vez más intensa, debido a la polarización que trae más dinero que nunca a nuestras elecciones."Los candidatos a nivel estatal que compiten para supervisar futuros comicios están experimentando un aumento especialmente notable en la financiación, lo que destaca la preocupación del público por la integridad del proceso electoral”, advirtió la directora ejecutiva de OpenSecrets, Sheila Krumholz.
Por comparación, el costo estimado de las elecciones intermedias del 2018 ascendió, ajustado a la inflación, a 6 mil 600 millones de dólares, lo cual en su momento fue un récord de gastos para el financiamiento de las campañas partidistas.
Durante el ciclo electoral anterior, la recaudación de dólares electorales por parte de los candidatos republicanos fue muy similar, de alrededor de 2 mil millones de dólares cada uno, en adición a las recaudaciones separadas de los comités partidistas, cada uno de los cuales acumuló más de 400 millones.
Texas y Florida, las campañas más costosas
La novedad del ciclo electoral actual es que, debido en parte a las campañas de polarización política por parte de los candidatos más extremistas seguidores del ex presidente Donald Trump, los republicanos conservadores se perfilan a rebasar a los demócratas en la recaudación de gastos de campaña.
De acuerdo con OpenSecrets, los candidatos y el Comité republicano recaudarán antes de las elecciones de la próxima semana un total de 3 mil 200 millones de dólares, comparado con alrededor de 2 mil 700 millones de dólares por parte de los demócratas.
Las carreras por las gubernaturas de Texas y Florida sobresalen como las más costosas del actual ciclo electoral, debido a la intensa competencia entre los candidatos republicanos, los gobernadores Gregg Abbott y Ron DeSantis, respectivamente, contra sus rivales demócratas Beto O’Rourke y Chris Christie.
En Texas, el gobernador ha recibido más de 116 millones de dólares, casi tres veces más de los las recaudaciones alcanzadas por O’Rourke. Aunque la factura final del costo de las elecciones podría ser incluso mayor debido a que Texas carece de límites de financiamiento electoral.
En Florida, el gasto ha sido aún mayor. El gobernador DeSantis ha recaudado más de 187 mil millones de dólares a través de sus Comités de Acción Política (PAC, por sus siglas en inglés), un nuevo récord en el financiamiento de campañas para el estado, considerado una de las cuatro joyas de la corona electoral en Estados Unidos.
Por comparación su contrincante demócrata, Chris Christie, quien según encuestas tiene pocas posibilidades de derrotar a DeSantis, había recaudado apenas 24 millones de dólares a través de los PAC.
Petrodólares
A nivel de las campañas federales, la organización ecologista Climate Power hizo notar que una de las particularidades de las elecciones del 8 de noviembre es que el dinero del petróleo sigue llenando los cofres de las campañas de los candidatos republicanos en algunas de las carreras más importantes de la boleta electoral.
“Candidatos como Ron Johnson (Wisconsin), Mehmet Oz (Pensilvania) y Adam Laxalt (Nevada) han sido voceros de las grandes petroleras, protegiendo los beneficios récord de la industria y sus prácticas de especulación, mientras condenan a sus electores a sufrir en la gasolinera. Está claro por qué: sus campañas están financiadas por los ejecutivos de las grandes petroleras, a cambio de apoyo político y de favores a la industria”, dijo su directora para asuntos latinos, Antonieta Cadiz.
Es un dato que no ha pasado desapercibido para el presidente Joe Biden, quien durante dos de sus últimos actos de campaña ha cuestionado las ganancias récord la industria en los recientes trimestres y la ha emplazado trasladar una parte de esos lucrativos dividendos a los consumidores
“Hasta ahora, las compañías petroleras estadunidenses están utilizando esa ganancia inesperada para recomprar sus propias acciones, transfiriendo ese dinero a los accionistas, no a los consumidores. Mi mensaje para todas las empresas es este: están sentados en ganancias récord. No deberían usar sus ganancias para recomprar acciones o dividendos, no mientras la guerra (de Ucrania) esté en su apogeo”, advirtió Biden.
Por ejemplo, ilustró Climate Power, los candidatos republicanos a senadores que han recibido las mayores aportaciones de las empresas petroleras son Chuck Grassley, quien se postula nuevamente en Iowa, quien tomó 135 mil 739 dólares; también para la Cámara Alta, Ted Budd, candidato en Carolina del Norte, quien recibió 116,802; Adam Laxalt, aspirante en Nevada, con 233 mil 952; y Mehmet Oz, contendiente en Pensilvania, obtuvo 113 mil 834 de las grandes petroleras.
JLMR