En EU, vaqueros se sinceran sobre la adicción y el suicidio para no dejar "más sillas vacías"

"Se supone que los 'cowboys' somos duros, nos enseñan a ser independientes y no depender de nadie", señaló Rand Selle, un vaquero de 30 años.

Cowboys buscan hablar de sus sentimientos. (AFP)
Agencia AFP
Bosler, Estados Unido /

Wyoming es el estado menos poblado de Estados Unidos y el décimo (de 50) más extenso. Sus cerca de medio millón de habitantes se distribuyen en unos 250 mil km2 de tierras de cultivo, praderas y cadenas montañosas, donde las elevadas temperaturas veraniegas dan paso a aullantes ventiscas invernales. 

Las exigentes demandas del paisaje han formado una población cuya consigna es la autosuficiencia.

Foto: AFP

"Se supone que los cowboys somos duros, nos enseñan a ser independientes y no depender de nadie", señala Rand Selle, un vaquero de 30 años, organizador del rodeo en homenaje a su compañero. "No necesariamente tenemos esa facilidad para comunicarnos, para hablar de nuestras emociones".

Con demasiada frecuencia, esto termina en tragedia.

"A menudo tenemos que lidiar con amigos o parientes vaqueros que han fallecido, ya sea por suicidio o por adicción al alcohol o las drogas", dice este vaquero de penetrantes ojos azules y un pañuelo rojo alrededor del cuello.

La muerte de Jonn fue un una llamada de atención para Rand, que fundó "No More Empty Saddles" (No más sillas de montar vacías), un grupo dedicado a brindar a los cowboys el espacio y las herramientas para expresar sus sentimientos.

"Un lugar para hablar"

"No More Empty Saddles" se ha vuelto popular en Facebook, donde varios vaqueros han comenzado a dar sus testimonios.

"Es completamente normal tener emociones negativas, es lo que nos hace humanos y nos distingue... de un caballo", subraya Sheryl Foland, responsable de temas de salud mental de la asociación.

El entorno de esta profesional de la salud que luce una larga trenza rubia no se salvó de las tragedias de la adicción y el suicidio. 

"Crecí con un padre alcohólico", cuenta. "Mi padre estaba en rehabilitación cuando mi hermano murió" por suicidio. 
"Nunca se sabe quién se volverá adicto", dice. "Pero hasta que no hablemos de eso, no avanzaremos". 

Para "acabar con las muertes innecesarias", esta mujer, que derrocha energía, reparte desde su remolque candados que deshabilitan armas de fuego (casi las tres cuartas partes de las 189 personas en Wyoming que se suicidaron en 2021 lo hicieron de un disparo), así como cajas con cerradura para guardar drogas adictivas. 

Foto: AFP

Pero, sobre todo, utiliza rodeos como este para dar una oportunidad a los vaqueros a compartir sus problemas.

El día anterior, un vaquero llamó a su puerta. "Solo quería un lugar para hablar", dice Foland.


FMU

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