La Navidad ya llegó a Nueva York con el encendido este miércoles del árbol más famoso del mundo, el abeto noruego del Rockefeller Center, evento al que, como cada año, acudieron miles de personas que desafiaron un día de otoño de intenso frío.
Como parte del esperado acontecimiento, televisado en directo, y que se realiza la semana siguiente al Día de Acción de Gracias, el público disfrutó de un espectáculo artístico que contó con la legendaria banda Chicago y John Bon Jovi, así como con John Legend, el primero en subir al escenario y Brett Eldredge, que han estado por dos años consecutivos.
También estuvieron presentes Billy Porter, Julianne y Derek Hough, Lea Michele, Idina Menzel, NE-Yo, el grupo Straight No Chaser, las famosas Rockettes del Radio City y Gwen Stefani, que participó del evento en 2017 y le tocó este año cerrar el espectáculo con el esperado encendido.
Fue un acto en el que tanto neoyorquinos como turistas, que disfrutaron de varias calles cerradas alrededor del Rockefeller Center y de un espectáculo que se extendió por varias horas, vieron cómo el abeto se iluminó con más de 50 mil luces de colores.
Como ha ocurrido por años pasados, el árbol fue coronado con su estrella de tres millones de cristales Swarovski.
Este año, el famoso y robusto abeto mide 23.4 metros, pesa 14 toneladas y llegó al Rockefeller Center el pasado 9 de noviembre desde la localidad de Florida, en el norte del estado de Nueva York, haciendo así realidad el sueño de su dueña, Carol Schultz, de 79 años, de que fuera elegido para tan especial ocasión.
El árbol, el número 88 que se coloca en el Rockefeller Center, fue plantado por la mujer poco después de haberse mudado en 1959 a la villa de la Florida, en el condado de Orange.
Schultz ha dicho que el árbol medía 1.2 metros cuando llegó a su hogar, y que inicialmente lo colocó sobre una mesa de café en su cas para sembrarlo luego frente a su casa ese mismo año.
Un vídeo presentado durante la transmisión mostró el momento en que fue cortado y traído a su destino final donde fue recibido con aplausos por entusiastas neoyorquinos.
La tradición neoyorquina
El primer árbol de Navidad que quedó instalado en el Rockefeller fue colocado en 1931 por trabajadores de la construcción en el sitio donde se estaba levantando el rascacielos, y dos años más tarde tuvo lugar la primera ceremonia formal del encendido de las luces, una tradición que se ha mantenido desde entonces con algunas variaciones.
En 1942 se colocaron tres árboles que fueron adornados con bolas rojas, blancas y azules, para dar apoyo a las tropas que combatían en la Segunda Guerra Mundial.
Los árboles de ese año y los que se colocaron en las Navidades sucesivas, hasta el final de la guerra en 1945, no fueron adornados con luces a causa de las regulaciones que regían por el conflicto armado.
Los mismos colores del árbol de 1942 fueron utilizados para adornar el pino de las Navidades de 2001, tras los atentados del 11 de septiembre de ese año.
De acuerdo con el Rockefeller Center se espera que el árbol sea visitado por 798 mil personas cada día.
Como ha ocurrido por los últimos 12 años, el árbol que estará en el Rockefeller Center hasta el 17 de enero, será donado a la organización Habitat for Humanity, que lo reconvertirán en madera usada para construir hogares, de acuerdo con la página web del rascacielos.
Señala además que el árbol de Navidad ha inspirado el libro para niños "The Carpenter's Gift", escrito por David Rubel e ilustrado por Jim LaMarche en colaboración con Habitat for Humanity.
Otros árboles navideños en lugares muy visitados en Nueva York son los del Bryant Park y el de Wall Street, que serán iluminados este jueves, mientras que el del Lincoln Center ya alegra la Navidad de muchos neoyorquinos.
dmr