El conocido millonario Jeffrey Epstein, que ayer fue hallado muerto en una cárcel de Nueva York, tuvo durante sus últimos años una vida desenfrenada de lujos que contrastó con su origen humilde en el distrito de Brooklyn y que fue opacada por múltiples y graves denuncias de tráfico sexual de menores.
Epstein, nacido en 1953 y el mayor de dos hermanos, no siempre gozó de sus privilegios: asistió a escuelas públicas y aprendió a tocar el piano desde los cuatro años gracias al esfuerzo de su padre Seymour, jardinero para el Departamento de Parques de Nueva York, y el de su madre Pauline, asistente de maestra que se dedicó al hogar.
Tras graduarse de escuela superior, Epstein cursó matemáticas y ciencias en dos universidades, pero en 1974 dejó definitivamente los estudios sin concluirlos.
Pese a ello, a sus 20 años enseñó cálculo y física en la elitista escuela superior Dalton en Nueva York, entre 1973 y 1975, donde dio tutoría al hijo de Ace Greenberg, que entonces era el presidente de la junta de directores del desaparecido banco de inversiones Bear Stearns y era amigo también de su hija.
En 1976 dejó la escuela para trabajar en esa compañía de la que llegó a ser también un socio, donde aconsejó con éxito a los clientes de la firma sobre las implicaciones fiscales de sus inversiones.
Epstein logró crear importantes contactos con los poderosos en Estados Unidos, y en 1981 dejó la firma de los Greenberg para fundar su propia compañía, que en varios años fue reconocida como un imperio.
El neoyorquino amasó una gran fortuna que lo llevó a tener propiedades en diversos países, con una gran mansión en su natal estado y otra en el de Florida.
Entre las personas con las que llegó a relacionarse figuran el actual presidente Donald Trump, el ex presidente Bill Clinton y el príncipe Andrés de Inglaterra.
Sin embargo, en 2008 fue acusado de abusar sexualmente de varias adolescentes en una de sus mansiones, en Palm Beach, pero tras un acuerdo con la Fiscalía del Sur de Florida para poner fin a la investigación que podría haberle llevado a una condena de cadena perpetua, solo se declaró culpable de cargos estatales menores.
Epstein fue entonces condenado a 13 meses de cárcel y llegó a un pacto económico con las víctimas.
Pero este año la Fiscalía federal para el distrito sur de Nueva York le acusó de abuso de menores y, aunque intentó salir en libertad, el tribunal lo rechazó por su peligro inminente de fuga y considerarlo un riesgo para la comunidad.
En julio enfrentó un aparente intento de suicidio, y pese a ser vigilado desde entonces, Epstein, de 66 años, fue hallado colgado ayer en su celda, en la misma cárcel federal de Manhattan que albergó a Joaquín “El Chapo” Guzmán.