Las casas de los pastizales de los búhos suelen ser propiedades inmobiliarias de primera, y han ido perdiendo terreno ante el desarrollo en regiones de rápido crecimiento como Silicon Valley y el sur de California. Los biólogos han intentado trasladar a los búhos a pastizales protegidos, pero el desafío ha sido lograr que los búhos acepten sus nuevos hogares.
Los científicos han ideado algunos trucos para hacer que los búhos de madriguera trasplantados sientan que no están solos en sus nuevas excavaciones, reproduciendo sonidos de búho y esparciendo excremento falso.
Dejar las lechuzas en su hábitat principal no fue suficiente, según mostraron los intentos anteriores. En un programa piloto, los científicos se esforzaron por crear la impresión de que los búhos ya vivían allí para que se quedaran. Y funcionó.
“Les gusta estar en un vecindario, vivir cerca de otros búhos”, dijo Colleen Wisinski, bióloga conservacionista de la Alianza de Vida Silvestre del Zoológico de San Diego, que lanzó el experimento con el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos.
Este descubrimiento también brinda protección contra los depredadores, como los coyotes o los halcones, que pueden tratar de comerse a las aves de ojos amarillos del tamaño de un petirrojo. Cuando un búho hace sonar la alarma, los demás se van volando.
La ley federal prohíbe matar a las aves, pero su hábitat no está protegido. Por lo general, se los saca de sus madrigueras antes de que construyan sus propiedades.
mg