Una gran parte del suroeste de Estados Unidos estaba en alerta este jueves por una ola de calor potencialmente mortal que podría elevar las temperaturas hasta los 47 grados centígrados (117 grados fahrenheit) en los próximos días.
Autoridades advirtieron a millones de personas en California, Nevada y Arizona sobre condiciones peligrosas durante este fin de semana, y el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) aconsejó a los residentes que se mantuvieran alejados del sol.
Si bien la región generalmente se calienta en esta época del año, los meteorólogos advirtieron que sería considerablemente más caluroso que el promedio.
Las áreas interiores y desérticas de California serán particularmente calurosas el viernes y el sábado, y se espera que la ciudad turística de Palm Springs alcance los 45 grados centígrados, mientras que la cercana Ocotillo Wells podría alcanzar los 47 grados.
"Hemos tenido algunas olas de calor anteriores este año, pero no tan intensas como esta ni tan largas", dijo el meteorólogo del NWS de San Diego, Alex Tardy.
La exposición prolongada a altas temperaturas puede ser extremadamente peligrosa para los humanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el calor excesivo estresa el cuerpo y aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
"Las olas de calor pueden afectar de manera aguda a grandes poblaciones durante períodos cortos de tiempo, a menudo desencadenan emergencias de salud pública y provocan un exceso de mortalidad e impactos socioeconómicos en cascada", dice la OMS en su sitio web.
Las olas de calor y las variaciones de temperatura son una parte natural del clima, pero los científicos dicen que el calentamiento global causado por el hombre está creando una mayor cantidad de eventos extremos, a veces con consecuencias devastadoras. En junio del año pasado, una "cúpula de calor" se asentó sobre el oeste de Estados Unidos y Canadá.
Las intensas temperaturas y la peor sequía en un milenio que asola la región provocaron numerosos incendios. En el pueblo de Lytton, al noreste de Vancouver, las temperaturas alcanzaron los 49.6 grados en los días previos a un incendio destructivo.
California, junto con gran parte del oeste de Estados Unidos, está en alerta máxima por incendios forestales. Años de lluvias por debajo del promedio han dejado grandes extensiones de campo secas como yesca, y casi todo el estado está clasificado como sufriendo sequía severa o peor.
En 2020 y 2021, se quemaron un total de 2.8 millones de hectáreas (casi 7 millones de acres) solo en California, y los meteorólogos advierten que podría haber otro año sombrío por delante.
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