Un oso pardo intentó atacar, durante varios días, a un hombre en Alaska. El estadunidense fue rescatado por guardacostas, quienes no lograron identificarlo, pero indicaron que tenía unos 50 o 60 años y se resguardó en una cabaña desde el 12 de julio.
El hombre fue hallado privado de sueño y sin munición, pues contaba con una pistola, en un campamento minero a unas 40 millas de la ciudad de Nome, Alaska.
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No había forma de llamar para pedir ayuda. Pero la ayuda lo encontró a él. La tripulación de un helicóptero de los guardacostas, mientras se dirigía a una misión, vio al hombre agitando ambas manos en el aire, con una señal de socorro ampliamente reconocida, dijo el piloto.
En el techo de la choza, el estadunidense escribió SOS para pedir auxilio. La puerta de la choza había sido arrancada.
La tripulación llevó al hombre a Nome para que recibiera atención médica, pues presentaba contusiones en el torso y una lesión en la pierna que no ponía en peligro su vida, según la Guardia Costera.
"En algún momento, un oso lo arrastró hasta el río", dijo el teniente comandante Jared Carbajal, uno de los pilotos del helicóptero de la Guardia Costera. "Tenía una pistola. Dijo que el oso volvía cada noche y que no había dormido en varios días".
No se aclaró cómo llegó el hombre al remoto campamento, donde no hay servicio de telefonía móvil y se hallaba una zona de drenaje del río.
Cuando los rescatistas se dirigían a una misión, el helicóptero MH-60 Jayhawk de la Guardia Costera cambió su curso en aproximadamente un kilómetro y medio para evitar algunas nubes cuando algo llamó la atención de su copiloto, indicó Carbajal.
"Me dijo que había un hombre ahí abajo y nos estaba saludando", relató Carbajal, para después preguntar "¿está saludando con una mano o con dos?". La respuesta fue con dos manos.
El teniente comandante aseguró que esa manera de saludar solía ser una señal de angustia. Después, comentó la situación con otros tres miembros de la tripulación del helicóptero.
El teniente general A.J. Hammac, copiloto de 35 años, mencionó que vio al hombre salir a tropezones de la cabaña. Fue algo que llamó su atención.
Hammac tiene su base en Cape Cod, Massachusetts, y estaba pasando un par de semanas en Alaska para la Guardia Costera.
"Realmente no nos cruzamos con gente en medio de la nada", contó. "Él estaba luchando. Cuando llegamos, estaba agitando una bandera blanca".
Hammac comentó que el hombre tenía su pierna vendada y parecía que había estado en ese lugar durante un tiempo.
Al respecto, Rick Green, un portavoz del Departamento de Pesca y Caza de Alaska, destacó que la presencia de los osos pardos son frecuentes en donde el hombre fue rescatado, especialmente durante esta época del año.
Según un informe de 2019 de las autoridades sanitarias de Alaska, 68 personas en el estado fueron hospitalizadas por lesiones sufridas en 66 ataques de osos entre 2000 y 2017. Diez personas murieron.
La suboficial de primera clase Ali Blackburn, portavoz de la Guardia Costera en Alaska, señaló que es inusual que una persona tuviera varios encuentros con el mismo oso.
Los rescatistas tardaron unos 15 minutos en llevar al hombre a Nome, donde, de acuerdo con Carbajal, el hombre insistió en caminar por sí mismo hasta una ambulancia.
"Se notaba que estaba empezando a perder la adrenalina, creo, y empezó a darse cuenta de lo que había pasado. No quería subir a la camilla".
ROA