Grupos de odio en EU reclutan a militares, marinos, policías y bomberos

La revelación de 38 mil nombres de la milicia que tomó el Capitolio muestra que paramédicos, custodios, pastores, políticos y jueces se están sumando a agrupaciones de extrema derecha.

Los grupos de odio se sumaron al mensaje de Donald Trump y participaron en el asalto al Capitolio (AFP / Ilustración)
Washington D.C. /

La divulgación de miles de nombres de la milicia de extrema derecha que asaltó el Capitolio revela que los grupos de odio están sumando a integrantes del Ejército, la Marina, jefes policíacos y bomberos que enarbolan las ideologías de los supremacistas blancos, los nacionalistas, los antiinmigrantes, los antimusulmanes, los antisemitas y/o los racistas.

Apenas el 7 de septiembre se dio a conocer en Estados Unidos un reporte que analiza a los miembros de Oath Keepers, el grupo radical que participó en la organización del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Entre los más de 38 mil nombres de la lista también aparecen políticos, funcionarios públicos, candidatos a alcaldías y congresos estatales, e incluso un juez local.

Oath Keepers se encuentra catalogado como grupo de odio, uno de los más activos en el país, con actividad continua en al menos 23 ciudades de Estados Unidos, según el registro que realiza cada año la organización Southern Poverty Law Center (SPLC). Además de altos cargos del gobierno, el listado de integrantes incluye a bomberos, paramédicos, empleados de correccionales y un pastor de Carolina del Norte.

En muchos casos, con sus nombres y posiciones, los miembros de la organización han añadido a su registro algún comentario enfatizando su disposición para “ayudar”. “Saludos, soy un miembro activo de la Marina. Amo lo que se supone que debe ser mi país y esta idiotez tiránica está aplastando mi libertad”, escribió uno de ellos. “Si puedo hacer algo, háganmelo saber”. Esta disposición a colaborar resulta por lo menos inquietante si se considera que en las filas del grupo radical aparecen también trabajadores de gobierno con acceso a infraestructura de alta seguridad.

El reporte que analiza la lista de miembros de Oath Keepers, publicado por el Centro para el estudio del Extremismo de la Liga Antidifamación (ADL), una organización dedicada al combate del discurso de odio, pone de manifiesto algo que la sociedad estadunidense siempre ha sabido de primera mano: el supremacismo blanco, la ideología nacionalista, antiinmigrante, antimusulmana, antisemita y racista, están enquistados en las instituciones consideradas el sistema neurálgico del país, y que no llegó, como suele pensarse, con la presidencia de Donald Trump.

Lo que se ha dado en llamar “trumpismo” es una veta de la sociedad estadunidense que existe desde hace décadas, que no llegó con Trump, y por tanto tampoco se irá con él. Es por eso que en lugar de centrarse en la cantidad de grupos de odio que existen, este análisis revela quiénes son parte de estos grupos.

“Estos son individuos con acceso e influencia, con recursos y entrenamiento, y que nos han mostrado que están dispuestos a cometer actos de sedición y violencia en contra del gobierno de Estados Unidos”, comentó Jonathan Greenblatt, director nacional de ADL, tras la presentación del reporte sobre Oath Keepers. “Es preocupante que por un largo tiempo este grupo ha priorizado el reclutamiento de militares y policías retirados y en activo. Tenemos al enemigo dentro de nuestras propias filas”.

¿Se puede medir el odio?

Durante 20 años SPLC ha documentado el número de grupos de odio activos en Estados Unidos, entre los cuales destacan los blancos supremacistas, el Ku Klux Klan, neonazis o skin heads. Lo que caracteriza a un crimen de odio es la motivación para cometerlo.

Grupos como Otah Keepers y Proud Boys fueron partícipes en el asalto al Capitolio de Estados Unidos el pasado 6 de enero de 2021. (AFP)

A diferencia de un crimen común, el crimen de odio ocurre porque el perpetrador tiene un sentimiento o prejuicio contra alguna característica inmutable de la víctima: raza, religión, grupo étnico, identidad de género, orientación sexual o discapacidad; si el individuo no contara con esta característica, el crimen no se cometería.

Oath Keepers, fundado en 2009 por Stewart Rhodes y cuyo nombre significa “los que cuidan del juramento”, aludiendo al juramento que hacen las fuerzas armadas para proteger a Estados Unidos “contra cualquier enemigo extranjero o doméstico”— , está clasificado como una milicia y promueve la idea de que el gobierno limita las libertades básicas de los ciudadanos.

Donald Trump representó un parteaguas en el auge de los grupos extremistas en Estados Unidos. (AFP)

Más de doce personas vinculadas con este grupo, incluido el propio Rhodes y su abogado, han sido acusados por conspiración sediciosa tras los ataques del 6 de enero, pero su actuación, como la de los otros grupos de odio, no está vinculada con la defensa de una persona, sino con una manera de entender al país que trasciende a todo partido político y, por supuesto, a Trump.

Para muestra, el proverbial botón. El número más alto de grupos de odio activos que se ha registrado por SPLC tuvo lugar en 2018, con mil 20 grupos. Podría pensarse que esto se debe a que Trump era el presidente, pero la cifra es prácticamente la misma que en 2011, cuando se registraron mil 18 grupos activos bajo el gobierno de Barack Obama. En el reporte de 2021, a pesar de la polarización del discurso público en los últimos años, el total fue de 733; menos que, por ejemplo, los 841 de 2006. La actuación de los grupos de odio es histórica y constante, independientemente de quién se encuentre en el gobierno.

Los grupos de extrema derecha siempre han existido en Estados Unidos, pero cobraron relevancia por Trump. (AFP)

El FBI ha llevado un registro de crímenes de odio en Estados Unidos desde 1991, basándose en los reportes que le llegan de los departamentos de policía y otras agencias del orden; pero sus resultados están lejos de ser una referencia precisa debido a que estas agencias no están obligadas a reportar los crímenes de odio. Un informe de ProPublica detalla las deficiencias del sistema, que permiten que haya departamentos de policía que nunca han llenado uno de estos reportes.

En 2020, el FBI documentó 8 mil 263 crímenes de odio, una cifra similar a la registrada en el año 2000 (8 mil 217) y muy por debajo de las cifras que reporta el Departamento de Justicia. Esta dependencia realiza una encuesta anual sobre víctimas del crimen en todo el país; este conteo estima que entre 2005 y 2019 han ocurrido un promedio de 250 mil crímenes de odio por año.

dr

  • Eileen Truax
  • Eileen Truax es una periodista mexicana especializada en migración y política, temas que cubrió durante 18 años en EEUU. Es directora de contenido del Congreso de Periodismo de Migraciones. Vive en Barcelona.

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