El número de muertos en Estados Unidos por el coronavirus superó los 300 mil este lunes, según cifras de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, justo cuando el país comenzó a dispensar inyecciones de la vacuna en una campaña monumental para conquistar el brote.
El número de muertos se acerca al total de la población de Pittsburgh, en Pensilvania. Equivale a repetir una tragedia de la magnitud del huracán Katrina todos los días durante cinco meses y medio. Es más de cinco veces el número de estadunidenses muertos en la guerra de Vietnam. Es igual a un ataque del 11 de septiembre todos los días durante más de 100 días.
“Las cifras son asombrosas: la pandemia respiratoria más impactante que hemos experimentado en más de 102 años, desde la icónica fiebre amarilla de 1918”, dijo el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno, días antes del hito.
Estados Unidos cruzó el umbral el mismo día que los trabajadores de la salud se arremangaron para recibir la vacuna covid-19 de Pfizer, lo que marcó el inicio de la mayor campaña de vacunación en la historia del país. Si se autoriza una segunda vacuna pronto, como se esperaba, 20 millones de personas podrían estar inmunizadas a fin de mes.
Se cree que el número real de vidas perdidas es mucho mayor, en parte debido a muertes que no se registraron con precisión como relacionadas con el coronavirus durante las primeras etapas de la crisis. A nivel mundial, el covid-19 ha cobrado más de 1.6 millones de víctimas.
Los expertos dicen que las inyecciones y otras medidas podrían tomar hasta bien entrada la primavera para controlar los casos y las muertes en los Estados Unidos.
Con el clima frío que lleva a la gente adentro, donde el virus se propaga más fácilmente, y muchos estadunidenses desdeñan las máscaras y otras precauciones, algunas autoridades de salud pública proyectan que otras 100 mil personas podrían morir antes de fines de enero.
"Nos dirigimos probablemente al peor período posible debido a todas las cosas que tuvimos en la primavera, que son la fatiga, la resistencia política, tal vez la pérdida de toda la buena voluntad que teníamos de que la gente hiciera su parte", dijo Jennifer Nuzzo, un investigador de salud pública en Johns Hopkins.
Nuzzo contrastó la respuesta dispersa del gobierno con la movilización masiva emprendida después de que casi 3 mil estadunidenses murieron en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
“Pensar que ahora podemos absorber en nuestro país 3 mil muertes al día como si fuera un asunto normal, simplemente representa una falla moral”, dijo.
dmr