Las familias de algunos de los 19 niños asesinados en la masacre de una escuela de Uvalde conmemoraron el Día de Muertos con una concentración, una procesión y un altar decorado frente al Capitolio de Texas el martes por la noche.
Los familiares, que marcharon hasta la mansión del gobernador republicano Greg Abbott cargando el altar, eligieron el lugar para volver a exigir leyes de control de armas más estrictas en Texas luego del tiroteo de mayo en la Escuela Primaria Robb.
Lo que más han pedido es que se aumente de 18 a 21 años la edad mínima para comprar rifles tipo AR-15.
Abbott, quien se postula para la reelección, se ha opuesto a eso, diciendo que sería “inconstitucional”.
“Estamos aquí celebrando hoy la vida de nuestros hijos”, dijo Kimberly Rubio, cuya hija Lexi Rubio murió en el tiroteo de Uvalde, “pero también tratando de llegar a los padres a nivel personal, a nivel de mamá y papá. Simplemente, si te preocupas por tus hijos, protégelos, sal a votar por candidatos que apoyen una legislación sensata sobre las armas”.
El Día de Muertos es una festividad mexicana y latina en la que se celebra la vida de los seres queridos fallecidos y se alienta a sus almas a visitarlos. Casi tres cuartas partes de los residentes de Uvalde son hispanos.
Abbott se postula para un tercer mandato contra el demócrata Beto O’Rourke, que ha atraído el apoyo de varios padres de familia de la Escuela Primaria Robb, pero enfrenta una difícil contienda en las elecciones del martes.
ledz