Operarios y especialistas realizan este sábado descargas controladas de un depósito de líquido de desecho de una planta procesadora de fosfatos en el oeste de Florida, cerrada desde 2001, ante la aparición de grietas y filtraciones, con el fin de evitar que se rompa y se produzca un desastre ecológico.
Los habitantes de entre 15 y 20 casas, junto a los propietarios y empleados de unos pocos comercios situados en un radio de 1.6 kilómetros de la planta están sujetos a una orden de evacuación desde este viernes por la tarde y las carreteras de acceso a la zona están cortadas desde este sábado.
Todos fueron avisados de la posibilidad de una "descarga inminente y no controlada" del agua del estanque de la antigua planta Piney Point, propiedad de HRK Holdings, dijo el canal Local 10 de Tampa, ciudad a unos 450 kilómetros al noroeste de Miami.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró el estado de emergencia en el condado de Manatee con el fin de "asegurar que se asignen recursos si se necesita respuesta y recuperación" en caso de que se rompa la balsa.
Según la información facilitada por las autoridades del condado Manatee, el viernes 2 de abril se hallaron varias grietas en la balsa, cuyo fondo ya presentaba una "filtración significativa".
De acuerdo con Local 10, contiene entre 2 mil 600 y 3 mil millones de litros de líquido y para aliviar la presión se realizan descargas controladas por tuberías que desaguan en Port Manatee, en la bahía de Tampa, lo que ha provocado la alarma de grupos ecologistas.
La compañía propietaria de la planta participa activamente en el proceso de descarga. Aproximadamente se están sacando 83 mil 200 litros por minuto del estanque, de acuerdo con Spectrum News.
El estanque contiene agua usada en el procesado de los fosfatos, agua de mar extraída durante el drenaje de un puerto cercano y agua de lluvia y de desagües de tormentas.
Según el Departamento de Medio Ambiente de Florida, es un agua ligeramente ácida y con contenido en amoniaco, fósforo y nitrógeno, pero no a un nivel que pueda ser "preocupante". No creemos que sea tóxica, dijo un vocero del Departamento de Medio Ambiente en un mensaje dirigido a Local 10.
"Nos mudamos a esta zona hace ocho meses. Es nuestra primera casa y esperamos que drenen la balsa", dijo James Ondrey, uno de los vecinos evacuados, a Spectrum News.
dmr