¡Un poco tarde! Héroe de la Segunda Guerra Mundial recibe medallas 77 años después

El sargento de primera del ejército estadunidense Marvin Cornett posó orgulloso en su impecable uniforme adornado esta vez con el Corazón Púrpura y la Estrella de Bronce.

La hija de Cornett miró orgullosa mientras dos uniformados le colocaban las medallas. (AP)
Editorial Milenio
Estados Unidos /

Casi 80 años después de resultar herido por un mortero alemán mientras peleaba en el Canal Mussolini en Italia, el sargento de primera del ejército estadunidense Marvin Cornett posó orgulloso en su impecable uniforme adornado esta vez con el Corazón Púrpura y la Estrella de Bronce.

La hija de Cornett, Jan Mendoza, miró orgullosa mientras dos uniformados de una cuarta parte de la edad de su padre le colocaban las medallas en el pecho durante una discreta ceremonia en California este mes.

Mendoza suspiró con alivio. Su padre tiene 99 años y recibir ese honor tan merecido le parecía una carrera contra el tiempo. Cientos de miembros de su generación fallecen cada día, junto con sus historias de heroísmo inimaginable.

El propio Cornett nunca consideró que sus acciones durante la Segunda Guerra Mundial merecieran reconocimiento alguno.

“Él sigue sin creer que lo merece", dijo Mendoza. “Realmente piensa que los que no regresaron son los que en verdad lo merecen”.

Uno de ellos estaba a su lado cuando cayó el mortero. Mientras que Cornett, entonces soldado raso del ejército, sobrevivió, sus heridas la robaron el gusto y el olfato y le dejaron un constante zumbido que no le permite olvidar los terrores del campo de batalla.

“Gracias por el increíble ejemplo que no ha dado", le dijo el mayor general Chris Donahue a Cornett en una charla por video durante la ceremonia. “Nunca podremos agradecerle lo suficiente”.

Donahue es el comandante de la 82da División Aérea en Fort Bragg, Carolina del Norte, la ilustre unidad a la que pertenecía Cornett cuando saltó en paracaídas al combate.

La división, que tuvo un papel crucial en la invasión a Normandía y se enorgullece de su historia, quiso hacer lo correcto en cuanto se enteró de Cornett y la falta de sus medallas.

De niña, Mendoza no escuchó a su padre hablar mucho sobre sus experiencias en la guerra, a pesar de que continuó con su carrera militar después del conflicto. Después de ser herido, fue apostado en Fort Benning, Georgia, donde fue instructor de paracaidismo. Posteriormente fue reclutador para el ejército y se retiró como sargento de primera.

ledz

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