El hijo mayor de Nicolás Toledo, uno de los mexicanos muertos durante el tiroteo en el desfile del 4 de julio en Highland Park, una localidad cercana a Chicago, Estados Unidos, pidió al asesino arrepentirse de su acción y aseguró no sentir odio hacia él.
"Me han hecho preguntas: ¿Qué haría usted si lo tuviera aquí enfrente? Yo no le preguntaría nada, yo le diría que se arrepintiera", dijo este martes Francisco Toledo, hijo de Mario Nicolás Toledo, uno de los siete asesinados en el tiroteo del lunes.
"Odio no le tengo porque yo sé que no es la persona directamente sino que están siendo engañados por el enemigo, por un mal espíritu (...) Lo que le invitaría es que aceptara a Jesucristo, que le pidiera perdón", agregó a la AFP.
Robert Crimo, de 21 años y presunto autor de la matanza, fue acusado este martes del asesinato en primer grado de las siete víctimas y encara cadena perpetua en caso de ser condenado, informó Eric Rinehart, fiscal a cargo del caso.
Añadió que Crimo podría ser imputado por "docenas de cargos más enfocados en cada una de las víctimas" del ataque, que dejó también más de 35 heridos.
Al momento de su muerte, Mario Nicolás Toledo, de 78 años, iba acompañado de su esposa, otros hijos y nietos, con quienes había acudido a la tradicional celebración patria de Highland Park, donde había vivido y trabajado por años como agricultor y en la que aún reside parte de su familia.
"Se puede decir que allá crecimos, allá nos crió", recuerda Francisco, el primero de la familia Toledo que migró a esa localidad.
Fue él quien ayudó a su padre para que también viajara a Estados Unidos y una vez allá comenzó a trabajar y posteriormente regularizó su situación migratoria.
"Agarró documentos, empezó a ir y venir, luego se jubiló y luego ya estuvo más tiempo aquí [en México] que allá", explica.
Según Francisco, el patriarca de los Toledo había viajado a Higland Park de visita y para arreglar algunos documentos.
El tiroteo del 4 de julio ocurre en medio de una ola de violencia armada que azota a Estados Unidos y mientras México mantiene abierta una demanda judicial contra grandes fabricantes de armas de ese país, a los que acusa de efectuar un comercio negligente que facilita su tráfico ilegal hacia los cárteles del narcotráfico mexicanos.
DMZ