Colin Kahl, alto funcionario del Pentágono, en Estados Unidos, dijo al Congreso que la Comunidad de Inteligencia Estadunidense ha evaluado que el Estado Islámico en Afganistán podría tener la capacidad de atacar al país norteamericano en tan solo seis meses, y que tiene la intención de hacerlo.
Las declaraciones Kahl fueron un recordatorio de que Afganistán aún podría plantear serias preocupaciones de seguridad para Estados Unidos, incluso después de que terminara su guerra de dos décadas en agosto.
Los talibanes, que ganaron la guerra, son enemigos del Estado Islámico y han visto sus intentos de imponer la ley y el orden después de la retirada de Estados Unidos, frustrados por los atentados suicidas y otros ataques.
Dichos ataques incluyen bombardeos contra la secta minoritaria chiíta e incluso decapitaron a un miembro de la fuerza de milicia talibán en la ciudad oriental de Jalalabad.
En su testimonio ante el Comité de Servicios Armados del Senado, Kahl dijo que aún no estaba claro si los talibanes tienen la capacidad de luchar contra el Estado Islámico de manera efectiva luego de la retirada de Estados Unidos en agosto. Los norteamericanos lucharon contra los talibanes y contra otros grupos como el Estado Islámico y Al Qaeda.
"Nuestra evaluación es que los talibanes y el ISIS-K son enemigos mortales. Así que los talibanes están muy motivados para perseguir al ISIS-K. Su capacidad para hacerlo, creo, está por determinar", apuntó Kahl, utilizando un acrónimo para el Estado Islámico en Afganistán.
Kahl estimó que el Estado Islámico tiene un grupo con miles de combatientes.
El funcionario sugirió que Al Qaeda planteaba un problema más complejo debido a sus vínculos con los talibanes. Esos vínculos fueron los que desencadenaron la intervención militar de Estados Unidos en Afganistán en 2001, luego de los ataques de Al Qaeda del 11 de septiembre en Nueva York y Washington. Los talibanes habían albergado a líderes de Al Qaeda.
Kahl dijo que a Al Qaeda podría llevarle al menos uno o dos años regenerar su capacidad de llevar a cabo ataques fuera de Afganistán. Señaló que su objetivo es interrumpir esos grupos para que no sean capaces de atacar a Estados Unidos.
"Necesitamos estar atentos para interrumpir eso", dijo.
Aún así, los funcionarios estadunidenses advierten en privado que identificar e interrumpir a grupos como Al Qaeda y el Estado Islámico es extremadamente difícil sin tropas en el país. Desde el Golfo se están volando drones capaces de atacar objetivos de dichos grupos.
Por último, Kahl mencionó que Estados Unidos aún no tiene ningún acuerdo con los países vecinos de Afganistán para albergar tropas en sus esfuerzos antiterroristas.
El ministro interino de Relaciones Exteriores, Amir Khan Muttaqi, del nuevo gobierno talibán, ha dicho que se abordará la amenaza de los militantes del Estado Islámico. También dijo que Afganistán no se convertiría en una base para ataques a otros países.
El presidente Joe Biden, cuya supervisión del final de la guerra ha dañado sus índices de aprobación, ha dicho que Estados Unidos seguirá alerta contra las amenazas que emanan de Afganistán mediante la realización de operaciones de recopilación de inteligencia en el país que identificarán amenazas de grupos como Al Qaeda y el Estado Islámico.
AS