La testigo mexicana Daniela retomó su testimonio sobre los abusos a los que la sometió Keith Raniere, el líder de la secta NXIVM, y ante los miembros del jurado confesó el horror que le provocó enterarse que estaba embarazada.
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“No quería tener un bebé y menos quería tener uno de Keith; él se acostaba con otras mujeres, se acostaba con mis hermanas, me provocó mucha vergüenza”, dijo al jurado que lució sorprendido.
Cuando lo habló con Raniere, él estuvo de acuerdo y para remarcarle que abortar no era tan malo, la instruyó: “es una buena oportunidad para perder peso y estar en forma; hay atletas olímpicas que hacen eso sólo para adelgazar”, dijo a su incrédula empleada.
“Él estaba muy tranquilo y me dijo que ya habíamos hablado sobre que eso iba a suceder en caso de que yo me embarazara, aunque yo no recuerdo haber tenido esa charla”, confesó.
Camila, la hermana que comenzó a tener relaciones con Raniere a los 15 años, también pasó por un procedimiento similar en 2008 a la edad de 18 años.
“No es el fin del mundo, otras mujeres lo han hecho”, consoló el falso gurú a Daniela durante una caminata. Él incluso aceptó quePam Cafritz y Mariana, al menos un par de veces, eran otras mujeres que habían terminado abruptamente con un embarazo a petición del acusado.
Una experta hacker
Daniela se volvió en una experta en hackear los correos electrónicos de rivales de Raniere.
Como estaban gastando mucho dinero en eso, se ofreció a hacerlo y luego de entrenarse, ella misma intentó espiar a Rick Ross, Toni Natalie, ex novia de Raniere, Joe O'Hara y Edgar Bronfman, el millonario padre de Clara, incondicional del neoyorquino.
Daniela también logró ingresar al correo electrónico de su hermana Mariana, en ese momento metida en muchos problemas que ellos querían "ayudar a resolver".
En algún momento la testigo dijo que entró en conflicto y cuestionó a Raniere cómo era posible que el líder de una organización como NXIVM hiciera cosas ilegales. La respuesta la congeló: “hacemos cosas éticamente reprobables para volver este mundo más ético”.
La testigo se fue acercando al momento de su encierro de dos años, ordenado por el acusado, hoy de 58 años.
Una confesión y el cautiverio de dos años
Daniela aceptó que se enamoró profundamente de Ben Meyers, un ingeniero de sistemas de NXIVM y quien era su gran amigo. “Fue lo más increíble que había sentido en mi vida de adulto, al besarlo sentí cosas maravillosas”, dijo ella sobre su nuevo romance.
“Traté de hacer las cosas bien y se lo fui a informar a Keith”. Sin embargo, el líder que quería salvar al mundo con sentimientos de amor y empatía, enloqueció.
“De pronto tenía frente a mí a una persona dramática e irracional que se lo tomó muy personal. Tú lo que quieres es destruirme”, le repetía y desde entonces ya no hubo retorno.
Luego que de manera “muy infantil” el líder se encerrara en el baño, salió para someter a Daniela con una especie de llave. “Ahí se acabó la discusión”, dijo la mexicana.
—Después de esa demostración, ¿cuándo volviste a hablar con él? —cuestionó la asistente del fiscal, Moira Penza
—Nunca —respondió Daniela.
La testigo aceptó que Keith Raniere tenía mucho poder sobre ella. Pero en algún punto, se dio cuenta de que ya no hablaba con su mamá, su mejor amiga, su hermana Mariana, ya no lo era más y el cacique nunca cumplió sus promesas de entrenarla o de hacer cosas juntos.
“Mis sueños de estudiar, de aprender, se estaban apagando, no iba para ningún lado, mi vida estaba destruida”, expresó.
Tras del beso a Meyers y la discusión, Raniere la despojó de su celular, de su computadora y puso un candado en el refrigerador para evitar que comiera. Su calvario apenas iniciaba.
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VJCM