Creo que me volví loca: mexicana encerrada por orden de Raniere

La fiscalía compartió una llamada entre el falso gurú y la mamá de Daniela en la que dice la razón por la que su hija debe ser castigada, encerrándola sin teléfono, televisión y sólo con unas hojas y plumas para que escriba o dibuje.

Keith Raniere, falso gurú y líder de la secta NXIVM. (Especial)
Juan Alberto Vázquez
Washington /

Keith Alan Raniere, el falso gurú creador de una filosofía supuestamente inspirada por la solidaridad, la empatía y el amor que buscaría salvar al mundo, y que capturó la atención y el dinero de miles de familias en México, no tuvo piedad con una de sus más fieles discípulas. Tampoco la tuvo la madre de la testigo, según una charla telefónica que compartió la fiscalía esta tarde.

Sin ropa para cambiarse, con comida fría que alguien le dejaba afuera de su puerta, con plumas y papel para escribir como sus únicas compañías, sin tener contacto humano en lapsos de hasta tres meses, sufriendo amenazas de separarla de su familia y con el aval de sus padres para el severo castigo, Daniela dibujó la parte más complicada de su virtual secuestro.

“Su hija ha sido muy consentida, muy manipuladora", se escucha decir a Raniere a la madre que asume el regaño y apoya las soluciones del líder. 

Ella actuó “sin cuidado, sin amor, sin conciencia de lo que le pasa a otras personas", dijo el hoy acusado. Adriana, la madre, le responde que su hija desea redimirse entrenando para un triatlón. Y él le aclara que si alguien "matara a un niño" o quemara una casa, un triatlón no lo compensaría.

​En ese punto, la asistente del fiscal Moira Penza, paró la grabación: “¿Habías matado a un niño?", le preguntó.

“Sólo besé a Ben Meyers", respondió la espigada Daniela.

En el mismo audio, Raniere dice a la madre que, si no la sometían a un castigo ejemplar como dejarla sin comunicación con el exterior, “ella estará manipulando por el resto de su vida".

Pese a estar atrapada, Daniela opuso resistencia. Se los dijo a todos, pero nadie la apoyó, incluso llegó a escapar y habló con Ben Meyers de un teléfono público, pero éste no le respondió.

Conforme pasaron los meses y sin nada más qué hacer, más que escribir en un papel, Daniela acepta: “Creo que me volví loca”, “¿te das cuenta de lo absurdo que es esto?”,  le escribió al líder de la secta sexual a finales de 2010. 

“¿Qué pasa con todos ustedes? ¿Cómo es esto bueno para mí?” clamaba. Un día su madre la buscó y le dio un abrazo. “Recuerdo que pensé 'cualquier día volverá y me buscará'", como haría cualquier madre, pero nunca lo hizo.

Sus dos años de encierro terminaron en febrero de 2012, cuando fue dejada en la frontera con 120 dólares y sin documentos. Pasado el tiempo volvió a ver a los miembros de ESP México ya trabajando en un hotel boutique.

El testimonio de Daniela terminó y reforzó al menos tres de los cargos que pesan sobre el cacique de NXIVM.

Sigue en Twitter la cobertura del caso con @robertayque

VJCM

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