Un incendio forestal se cierne en torno al Lago Tahoe en California, mientras miles de bomberos tratan de aislar las llamas y decepcionados turistas contemplaban la densa humareda en vez de disfrutar del paisaje lacustre.
El incendio 'Caldor' estaba a menos de 32 kilómetros (20 millas) de la localidad ubicada en la frontera entre California y Nevada. Las llamas avanzan devorando la maleza y "está tocándole la puerta" al lago, indicó el jefe de bomberos de California, Thom Porter.
El lago Tahoe, formado hace 2 millones de años por el choque de dos fallas, se encuentra entre los 20 lagos más antiguos del mundo. Además, el agua de grifo del lago Tahoe ha sido nombrada como la que tiene mejor sabor de todo Estados Unidos.
Y según especialistas, este lago es tan grande que sólo su evaporación podría abastecer de agua a toda la ciudad de Los Ángeles. Sin embargo, el martes el aire estaba saturado de cenizas y los turistas se refugiaban en cafés, negocios y casinos, alejándose de la contaminación.
El incendio 'Caldor' arrasa con más de 126 mil acres y ya destruyó 637 estructuras. Las llamas de 'Caldor' cada vez están más cerca del lago Tahoe, poniendo en riesgo a quienes dependen de este cuerpo de agua.
En el Hard Rock Hotel & Casino, camareras con medias de red y corsés con estampado de leopardo servían a los clientes que jugaban a las máquinas de azar o a las cartas.
Una de las clientas, Ramona Trejo, contemplaba por la ventana el aire negruzco y contó que a pesar de ello, ella y su esposo se quedarían allí para celebrar su 50 aniversario de bodas, tal como habían planeado.
Trejo, quien tiene que llevar un tanque de oxígeno debido a sus problemas respiratorios, relató que su esposo deseaba seguir probando suerte en el casino. "Si por mí fuera, yo me iría ahora mismo", comentó la mujer.
Un poco más al sur, Rick Nelson y su esposa Diane iban a ser anfitriones de una fiesta de bodas en Fallen Leaf Lake, el lugar donde su hija conoció al que será su marido. Sin embargo, el humo ahuyentó a muchos de los invitados. El sol brillaba de un amarillo rojizo y apenas de vislumbraban los botes en el lago debido al humo.
Al final los Nelson decidieron cambiar el lugar de la fiesta a la Bahía de San Francisco, a varias horas al sudoeste, y perdieron dos días planificando todo el asunto.
"Todo el mundo está tratando de adaptarse debido al humo y me temo que desafortunadamente, hay que aceptar la realidad", comentó Diane Nelson.
"Siento que los incendios y el humo son cada vez más grandes, más calientes y veloces", añadió.
evr