El alguacil del condado de Los Ángeles criticó duramente el lunes la obligatoriedad de la vacuna contra el covid-19 para sus agentes de policía, y dijo que por la medida hay riesgo de empujar a muchos efectivos a renunciar o jubilarse anticipadamente.
Este verano, el condado de Los Ángeles, hogar de unas diez millones de personas, decretó que todos sus funcionarios, incluidos los agentes de policía, deben vacunarse contra el coronavirus antes del 1 de octubre.
El alguacil del condado, Alex Villanueva, estimó en una conferencia de prensa el lunes que más de una cuarta parte de sus aproximadamente 16 mil empleados (4 mil 185, incluidos 3 mil 187 agentes de policía) estaba en riesgo de perder sus trabajos como consecuencia del decreto.
"Imagínense lo que pasaría si cada uno de ellos fuera despedido", propuso el alguacil. "Es triste, pero (este decreto) está socavando nuestra capacidad de brindar seguridad pública en el condado de Los Ángeles", expresó.
Mientras que en toda la población del condado, el 72% de los residentes de 12 años o más están vacunados, entre los departamentos del alguacil esa tasa fue solo del 51.7% el lunes, informó Villanueva.
La misma tasa se reduce a sólo el 42.8% entre los agentes de policía. "Simplemente no creen en la vacuna", afirmó, y agregó que se debe sobre todo a motivos ligados a su "ideología política".
El alguacil de Los Ángeles, quien aspirará a las elecciones del próximo año y recientemente ha dado declaraciones y posiciones más conservadoras, acusa a los líderes del condado de ser responsables de la situación.
evr