Negacionistas y creyentes del "fraude" electoral; los candidatos de Trump

El ex presidente de Estados Unidos está influyendo en las elecciones intermedias con candidatos que son afines a su ideología extremista y negacionista, donde esperan llegar a un lugar en el Congreso.

Los candidatos de Trump buscan un lugar en el Congreso de Estados Unidos. (Ilustración)
Diego Salcedo
Washington D.C. /

En anticipación de una nueva puja por la Casa Blanca, Donald Trump está construyendo una Quinta Columna de candidatas y candidatos a gobernadores y funcionarios electorales republicanos cuyo común denominador es que desconocen el triunfo de Joe Biden y podrían ser piezas clave en la certificación de una elección presidencial apretada en 2024.

Miembros de este ejército de leales ganó ya la nominación en las primarias republicanas en al menos 11 estados, incluidos Arizona, Michigan y Pensilvania, tres entidades consideradas “columpio” —que no son leales a ningún partido por lo que demócratas o republicanos pueden ganar—. Además, en estos estados, funcionarios electorales republicanos realizaron gestiones para invalidar el triunfo de Biden en 2020.

Trump está trabajando para insertarse en todas estas elecciones para que pueda instalar líderes que manejen las reglas, cambien las reglas y supervisen la certificación en futuras elecciones para que, potencialmente, puedan anular la voluntad de los votantes si no les gusta el desenlace”, denuncia Katie Hobbs, la candidata demócrata a gobernadora de Arizona.

Las elecciones del 8 de noviembre ponen en juego 36 gubernaturas y 27 secretarías de estado —que tienen a su cargo la organización y validación de las elecciones locales—una posición estratégicamente clave, toda vez que Estados Unidos no realiza una votación nacional, sino 50 elecciones en cada uno de las 50 entidades federales del país más la capital, Washington DC.

Todas las candidatas y candidatos pro Trump tienen un común denominador: promueven “La Gran Mentira” del fraude de Biden en 2020, se opusieron al conteo de votos del Colegio Electoral y se sumaron a las demandas legales contra el triunfo de los demócratas.

Son apodados los republicanos “MAGA” (acrónimo de la frase de Trump Make America Great Again) y son adversarios a muerte de los “RINOS” (Republicans In Name Only, republicanos sólo en el nombre) que son conservadores pero contrarios al ex presidente:

  • Kari Lake. Nominada republicana a gobernadora de Arizona, un estado típicamente conservador ganado por Biden en 2020. Ex conductora de televisión, hizo campaña desconociendo el triunfo de Biden. Antes del día de la votación iba en desventaja y denunció la inminencia de fraude electoral. Después de que ganó, guardó silencio, pero tuvo que gastar millones de su propio bolsillo.
  • Mark Finchem. Nominado republicano a secretario de Estado de Arizona. Legislador estatal que hizo campaña con el lema: “Los demócratas robaron la elección”. Es autor de descabelladas teorías sobre las elecciones, incluido que votaron 35 mil ciudadanos inexistentes. Si gana, tendrá bajo su responsabilidad validar las elecciones de una entidad que puede ser el fiel de la balanza.


  • Doug Mastriano. Nominado republicano a gobernador de Pensilvania. Hizo noticia cuando trató de cambiar la ley electoral al vuelo en 2020 para tratar de invalidar el triunfo de Biden, asegurando falsamente que la legislatura tenía el derecho de elegir a los integrantes del Colegio Electoral. También asistió a la insurrección del 6 de enero en Washington.


  • Tudor Nixon. Nominada republicana a gobernadora de Michigan. Empresaria, comentarista política y negacionista que arrasó en 80 de los 83 condados del estado. Logró el apoyo de Trump tras afirmar que el ex presidente ganó los comicios de 2020. Cuenta con el apoyo de la plana mayor del partido, incluso de la acaudalada familia de la ex secretaria de educación Betsy DeVos.


  • Kristina Karamo. Nominada republicana a secretaria de Estado en Michigan. Se autodefine como una apologista cristiana, madre e instructora universitaria. Se hizo célebre cuando proclamó, sin pruebas, que fue testigo de un fraude electoral en 2020. Es una de las favoritas de Trump para colocarla en la posición de certificar las elecciones en otra entidad que puede ser clave en 2024.

Estrategas demócratas creen que la Quinta Columna de Trump —estimada en más de 250 aspirantes en todo el país— es un arma de dos filos: La fortaleza de los negacionistas y extremistas en las elecciones primarias republicanas, donde votan los militantes más conservadores, se transforma en un lastre en la elección general, donde la mayoría de los que acuden a las urnas son centristas.

Elegir en las elecciones primarias a ultraderechistas es un riesgo que reconoce el liderazgo republicano. En un inusual momento de sinceridad, su líder en Senado, Mitch McConnell, admitió por primera vez que su esfuerzo por arrebatarles esa cámara a los demócratas en noviembre puede quedarse corto debido a la “calidad” de los candidatos de su partido.

Pero aun si no ganan en todos los casos, solo es necesario el triunfo de algunos de los candidatos negacionistas en estados “campos de batalla”, es decir los muy disputados (Arizona, Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Georgia y Carolina del Norte), para alterar la aritmética de las elecciones presidenciales, donde se requieren 270 electorales para llegar a la Casa Blanca. Y en esa suma, cualquier ventaja puede hacer la diferencia.

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