Mariguana en EU: de empresas clandestinas a marcas elegantes en cuestión de años

La mayor parte de Estados Unidos posee alguna forma de mariguana legal, ya sea medicinal o recreativa. El negocio ha pasado de la clandestinidad a marcas cotizadas.

Dispensario de mariguana en Los Ángeles, California. Foto: Getty Images
Editorial Milenio
Ciudad de México /

Los negocios de cannabis en Estados Unidos se han transformado de empresas clandestinas a marcas elegantes en cuestión de años, gracias a un cambiante panorama de las regulaciones y los negocios.

La mayoría de los estados tienen ahora alguna forma de mariguana legal, ya sea medicinal o recreativa. Actualmente, el mercado estadounidense de la mariguana está valuado en 33 mil millones de dólares, de acuerdo con un análisis de la firma de investigaciones Grand View Research. Se pronostica que esa cifra crecerá a 84 mil millones para 2028.

Pero aunque el mundo del cannabis sigue expandiéndose, la industria sigue siendo abrumadoramente blanca y difícil de acceder para las personas de color y LGBTQ+

Un sondeo en 2017 del Marijuana Business Daily encontró que 81% de los dueños y fundadores de negocios de cannabis eran blancos. La proporción de dueños y fundadores hispanos era de 5.7%, mientras que 4.3% eran afroamericanos y apenas 2.4% eran asiáticos.

Por otra parte, las comunidades de color siguen siendo castigadas desproporcionalmente por delitos relacionados con la marihuana. Las personas afroamericanas tienen un riesgo 3.6 veces mayor de ser arrestados por posesión de marihuana, indica un reporte del 2020 de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU). 

Y durante la crisis del SIDA, el cannabis fue uno de los pocos tratamientos que aliviaba el dolor de los pacientes, lo que llevó a la comunidad LGBTQ+ a promover su legalización. Esas experiencias son el contexto para los esfuerzos actuales en favor de igualdad y un espíritu emprendedor en la industria.

“Teneos una oportunidad única para que la gente haga capitalismo consciente”, dijo Felicia Carbajal, activista de cannabis y directora ejecutiva del Social Impact Center, una organización sin fines de lucro que provee oportunidades para comunidades marginadas. 

Carbajal dijo que mientras más personas de color y LGBTQ+ participen, “podemos forzar a la industria a cambiar y encontrar algunos valores”.

Para Carbajal, eso significa crear oportunidades iguales y proteger a las personas de prácticas abusivas de negocios, explotación y participación simbólica.

Las carreras en cannabis no están limitadas a poseer un dispensario o trabajar en ventas. Hay numerosas oportunidades complementarias, como empleados en contabilidad, mercadotecnia y reclutamiento, aseguran especialistas. 

Para ese tipo de trabajo uno puede empezar lanzando su propia consultoría de cannabis o sumándose a una ya existente. Esos empleos tienden a tener barreras más bajas para el ingreso de personas de comunidades marginadas, porque no requieren el mismo proceso costoso de licencias que negocios ser en contacto más directo con la mariguana, como los dispensarios.

evr

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