Las autoridades de Estados Unidos están dispuestas a comenzar a hablar con Irán “sin condiciones previas”, declaró ayer en Suiza Mike Pompeo, secretario de Estado del gobierno de Donald Trump, a lo que la República islámica respondió que es necesario “un cambio de actitud de Washington”.
“Estamos dispuestos a sentarnos alrededor de una mesa con ellos”, argumentó Pompeo en declaraciones realizadas en la pequeña ciudad de Bellinzona, Suiza.
Es la primera vez que la administración Trump, que se retiró hace más de un año del acuerdo sobre el programa nuclear iraní y desde entonces multiplica las sanciones económicas y las presiones militares y diplomáticas sobre Teherán, dice claramente que está dispuesta a iniciar el diálogo sin condiciones previas.
Pompeo anunció hace un año doce condiciones drásticas para concluir un “nuevo acuerdo”. En particular, Washington busca restringir el programa nuclear iraní y un freno a las actividades regionales de Teherán.
Sin embargo, en los últimos días, Trump bajó un poco el tono y dijo que estaba dispuesto a hablar con los dirigentes iraníes.
El presidente iraní, Hasan Rohani, afirmó por su parte que las negociaciones con Estados Unidos podrían llevarse a cabo solo si había “respeto” de parte de Washington.
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, también dijo ayer en una entrevista con la cadena estadunidense ABC, que “no era muy probable” que Teherán accediera a mantener conversaciones con EU en un futuro próximo. Argumentó que Trump “está imponiendo presión”.
“Puede que esto funcione en un mercado inmobiliario. No funciona en el trato con Irán”, reviró, insistiendo en que “las amenazas contra Irán nunca funcionan (...) Prueben con el respeto. Eso puede funcionar”.
Asimismo, Abas Musavi, portavoz de la cancillería iraní, señaló que Teherán no negociará sin “un cambio general de actitud” por parte de Washington hacia su país.
Actividad “maligna”
Pero Pompeo pareció inmediatamente dar marcha atrás en la oferta de tener conversaciones sin condiciones con Irán, afirmando que Washington estaba “ciertamente preparado para tener una conversación cuando los iraníes demuestren que se están comportando como una nación normal”.
También subrayó que “el esfuerzo estadunidense para revertir fundamentalmente la actividad maligna de esta República Islámica y su fuerza revolucionaria, va a continuar”.
En otras palabras, Washington no tiene intención de cejar en su campaña de “máxima presión” sobre Irán.
El mes pasado, Washington desplegó un portaaviones, bombarderos B-52 y un barco de asalto anfibio en el Golfo Pérsico, junto con tropas adicionales, para contrarrestar lo que los líderes estadunidenses creían que era un plan inminente iraní para ser blanco de sus ataques.
Pero al mismo tiempo, Trump suavizó la retórica la semana pasada, diciendo que Washington no busca un “cambio de régimen” en Irán y que mantiene la posibilidad de conversaciones.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores suizo, Ignazio Cassis, expresó la disposición de su país a desempeñar el papel de “intermediario” entre los dos gobiernos antagonistas.
Pero, el diplomático helvético subrayó que Suiza no puede ser “mediadora si no hay voluntad de ambas partes”.
Cassis también expresó su preocupación por el “gran sufrimiento” en Irán provocado por las sanciones estadunidenses, e instó a las autoridades de Washington a identificar un “canal" financiero que permita a los iraníes comprar ayuda humanitaria sin ser castigados con medidas punitivas por parte de la administración Trump.
Pompeo no respondió directamente a esta petición, pero rechazó la idea de que las sanciones estén causando sufrimiento.
Los desafíos a los que se enfrentan los iraníes “no están causados por nuestras sanciones económicas”, argumentó.
“Están causados por 40 años del régimen islámico que no ha cuidado de su gente y en su lugar ha usado sus recursos para destruir vidas”, señaló.
Ahora, contra la duquesa de Sussex
Donald Trump rechazó ayer por Twitter haber calificado, en una entrevista al diario británico The Sun, como “desagradable” a Meghan Markle, duquesa de Sussex y esposa del príncipe Harry, sexto en la línea de sucesión del trono británico.
“¡Creado por los medios de noticias falsos, y se enredaron! ¿Se disculparán @CNN, @nytimes y otros? ¡Dudo!”, remató su tuit.