Nancy Pelosi y Mitch McConnell, dos veteranos legisladores en la cúspide de sus carreras, están llamados a disputar un duelo en sus respectivas cámaras del Congreso de Estados Unidos para definir el destino de Donald Trump.
Ambos casi octogenarios, los dos rivales son maestros del juego político, una extraña pareja que ha ascendido a posiciones clave en el Congreso por su astucia política, agallas y determinación.
Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, es calmada, dura y actúa bien bajo presión. Es la líder de los demócratas en el Congreso y la principal némesis de Trump que ha guiado a sus pares a través de una divisiva investigación de juicio político.
Es casi seguro que este ícono del poder femenino estadunidense mantenga a su grupo lo suficientemente unido como para que la acusación se lleve a cabo.
En el extremo opuesto del Capitolio, el líder de la mayoría del Senado se ha convertido en el principal defensor de Trump.
"No habrá ninguna diferencia entre la posición del presidente y la nuestra", aseguró para cortar de plano cualquier especulación sobre posibles deserciones en el campo republicano si llega a tener lugar un juicio político contra el presidente, que arrancaría probablemente en enero.
Aunque los dados parecen haber sido ya lanzados, el drama está anticipado, y el par Pelosi-McConnell interpretará ante la tribuna y las cámaras un duelo histórico en el proceso para sentenciar o exonerar al 45º presidente de Estados Unidos.
Durante años, McConnell ha utilizado su magia procedimental para atar a los demócratas y embestir la agenda de su partido, o bloquear las prioridades de sus rivales.
Todas las señales sugieren que ordenará a sus soldados del Partido Republicano que mantengan la línea en el juicio en el Senado y ayuden a Trump a evitar una condena que lo expulse de la Casa Blanca.
"No soy un jurado imparcial", dijo McConnell a periodistas el martes.
Lucha de titanes
Pelosi, de 79 años, fue elegida por primera vez al Congreso en 1987 y ha sido una espina en el costado de Trump desde que el presidente asumió el poder, pero particularmente desde que ella se convirtió en la líder de la cámara, en enero pasado.
McConnell, de 77, ingresó al Senado en 1984 y sigue siendo una fuerza potente, empleando un cálculo político a sangre fría.
"McConnell es un maestro en navegar el proceso legislativo, y la forma en que está dispuesto a utilizar el procedimiento legislativo para lograr sus resultados es bastante notable", dijo Jennifer Lawless, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Virginia.
Según Lawless, McConnell tiene relativamente poco en juego porque su principal misión es mantener feliz a la Casa Blanca.
"Es casi inaudito que 20 republicanos deserten", dijo, refiriéndose a la cantidad de republicanos en el Senado de 100 miembros que necesitarían votar con los demócratas para condenar a Trump en el juicio.
"Es mucho más importante para Pelosi solidificar su legado y hacer que pase en la Cámara", dijo Lawless sobre la acusación.
La líder demócrata se había mostrado reacia a lanzar la investigación, temiendo una reacción negativa, después de la investigación de dos años sobre la injerencia electoral de Rusia en 2016.
Pero concluyó que Trump violó su juramento a la Constitución de Estados Unidos al presionar a Ucrania a investigar a su rival demócrata, y que debe rendir cuentas.
Un ajedrez tridimensional
Atraída por la política desde la infancia, su padre y uno de sus hermanos eran alcaldes de su ciudad natal, Baltimore. Entró al Congreso para representar a San Francisco.
Como una moderada en el bastión liberal de California, en parte atribuye su propio éxito a la capacidad de "recibir un golpe".
Pelosi se ha ganado su estatus entre los demócratas por atreverse a enfrentarse cara a cara con el presidente.
Y emplea una cierta "inteligencia política" que la ayuda a controlar un grupo demócrata históricamente diverso, dijo Lawless.
Cuando se trata del ajedrez tridimensional de Washington, "creo que Pelosi es la mejor", declaró el senador demócrata Sherrod Brown.
Durante la histórica votación del miércoles, Pelosi será juzgada por su capacidad de "atraer" a demócratas electos en distritos de tendencia republicana que son escépticos de la acusación, dijo Lawless.
¿Podría la cruzada de Pelosi para acusar a Trump costar a los demócratas las elecciones presidenciales y legislativas en 2020?
Se sabrá en once meses si sus instintos fueron correctos.
jamj