Los demócratas que se aprestan a controlar la Cámara de Representantes por primera vez en ocho años tienen una rebosante lista de prioridades, encabezada por leyes electorales y reglas éticas, precios de medicamentos e infraestructura.
Pero con las elecciones presidenciales y legislativas de 2020 en el horizonte, la mayoría de las proposiciones demócratas tienen más probabilidad de volverse asuntos de campaña que leyes.
Una cosa parece segura: una Cámara baja estadunidense en poder demócrata significará una andanada de audiencias e investigaciones.
Armados ahora con el poder de fijar la agenda y de emitir citaciones, los opositores a Donald Trump están deseosos de examinar profundamente las conexiones de su campaña presidencial en 2016 con Rusia, sus finanzas personales y sus ataques a la ley de salud de Barack Obama y a las protecciones ambientales.
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A diferencia del Senado, donde determinados oponentes pueden usar barreras de procedimiento para descarrillar los planes de la mayoría, la Cámara baja opera sobre la base de pura fuerza política. Una mayoría unida siempre gana.
Como los demócratas controlan el calendario, los esfuerzos republicanos para anular la Obamacare o volver a recortar impuestos no irán a ninguna parte.
¿En cuáles asuntos deben tratar de lograr acuerdos con Trump y los republicanos para mostrar que pueden gobernar? ¿Cuáles propuestas de ley deben ser diseñadas para resaltar sus valores, a sabiendas de que no van a avanzar en un Senado dominado por los republicanos? ¿Cuáles investigaciones pudieran resultar fructíferas y saciar las demandas liberales de castigar a Trump y cuáles pudieran convertirse en una distracción contraproducente?
Mayoría demócrata en la Cámara de Representantes
Tras las elecciones del martes, el Partido Demócrata se encamina a arrebatar 27 curules a los republicanos, incluyendoFlorida, Colorado, Kansas, Nueva Jersey, Nueva York y Virginia.
Las respuestas demócratas dependerán de quiénes sean sus líderes, cuánto demanda la base izquierdista y cómo guían el debate sus aspirantes a la nominación presidencial de 2020.
La líder de la minoría demócrata, Nancy Pelosi, que espera repetir su papel de 2007 l 2010 como presidenta de la Cámara de Representantes, ha hablado de una primera propuesta de ley —la HR1— para reformar las leyes de financiamiento de campañas, los estatutos de las elecciones y los requerimientos éticos.
Aunque no se ha tomado una decisión final, los demócratas están ponderando pasos como prohibir grandes donaciones políticas, hacer más estrictos los requerimientos de transparencia para corporaciones y otros donantes grandes y ofrecer financiamiento público a los candidatos al Congreso.
Además, los demócratas podrían proponer un proceso de registros y votaciones más flexible, ayudar a los estados a proteger la seguridad electoral, requerir que los candidatos a presidente y vicepresidente revelen sus declaraciones de impuestos y prohibir que los legisladores se integren a juntas corporativas.
Los demócratas también quieren reducir los costos de la atención de salud en general y reforzar la ley de salud de Obama. Además desean mejorar caminos, escuelas, el transporte público y los sistemas de comunicaciones.
También en la agenda, en medio del fervor antiinmigrante de Trump, los demócratas tienen ayudar a los jóvenes conocidos como dreamers a quedarse en el país permanentemente.
Una batalla con Trump, que ha tratado de eliminar el programa que los protege, terminó en un estancamiento en el Senado el año pasado.