La imagen de Donald Trump con el rostro ensangrentado y el puño arriba dio la vuelta al mundo, al retratarse como el sobreviviente de un presunto magnicidio: “Sentí la bala atravesando la piel”, relató en la red social Truth.
El disparo con el que Thomas Matthew Crooks, de 20 años, habría intentado asesinar al ex presidente sólo provocó una herida superficial en su oreja derecha. Y si bien el joven fue abatido por el Servicio Secreto de Estados Unidos (EU) momentos después de accionar el AR-15 contra el magnate, su capacidad de protección se puso en tela de juicio.
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“Un incidente así no puede pasar. (...) Analizaremos cuidadosamente qué pasó y se harán e implementarán recomendaciones. (...) Cuando digo que algo así no puede pasar, estamos hablando de una falla”, declaró Alejandro Mayorkas, Secretario de Seguridad de Estados Unidos, en entrevista con CNN.
En tanto la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, ha sido cuestionada por la seguridad del mitin de Donald Trump en la feria agrícola de Butler, Pennsylvania: según sus palabras, un operativo de tamaño “normal”— para la magnitud del evento— en el cual se desplegó un equipo tipo SWAT (con miembros de contraataque), complementado con el apoyo de fuerzas locales.
“Dividimos áreas de responsabilidad, pero el Servicio Secreto fue responsable del diseño, la implementación y ejecución de la situación”, explicó para CNN. “Decidimos el plan de seguridad basados en las posibles amenazas, el recinto y el ambiente del lugar”, puntualizó.
Las horas del atentado
El reloj marcaba las 17:00 horas del 13 de julio del 2024, cuando miles de personas llegaron a la feria de Butler para escuchar al hombre que quieren ver de nuevo en la Presidencia de los Estados Unidos. Pocos minutos después de las 18:00 horas, los teléfonos celulares se elevaron y las pancartas de Trump 2024 se agitaron ante la llegada de Donald Trump al templete.
Pero la algarabía terminó tan pronto el sonido de las balas se escuchó. Luego de llevar su mano a la oreja, el candidato del Partido Republicano se agachó para instantes después ser protegido por el equipo del Servicio Secreto.
“¡Abajo, abajo!”, gritó uno de los elementos que rodearon al político. “Lo tenemos, lo tenemos, señor”, exclamó otro mientras lo ayudaban a reincorporarse. “Déjame tomar mi zapato”, pedía Trump. Así, en un escudo humano, el republicano evacuó el recinto no sin antes levantar el puño y exclamar “Fight, fight”. Pese al caos y la incertidumbre, el público respondió con aplausos y gritos de apoyo.
El atentado contra Donald Trump
Pero en las gradas, la historia fue diferente. Corey Comperatore, de 50 años, yacía inconsciente y ensangrentado por la bala que le perforó la cabeza en su intento por proteger a su familia del atentado.
“Los medios no te dirán que murió como un héroe de la vida real. No te dirán lo rápido que arrojó a mi madre y a mí al suelo. No te dirán que protegió mi cuerpo de la bala que venía hacia nosotros. Él amaba a su familia. Nos amaba lo suficiente como para recibir un balazo por nosotros”, escribió en redes su hija Allyson Comperatore.
“Corey era el padre de unas niñas. (...) Corey era bombero. Corey amaba a su comunidad y, sobre todo, amaba a su familia”, destacó el gobernador de Pennsylvania, Josh Shapiro, en una conferencia de prensa donde también confirmó que otras dos personas resultaron heridas y en condición crítica.
El tirador de la fábrica
- Está en el techo. Mira, está justo ahí. ¿Lo ves? Está acostado.
- Sí, está acostado.
Aquel fue el diálogo entre un hombre y una mujer que se habían percatado de Thomas Matthew Crooks, el tirador, momentos antes de que abriera fuego contra Donald Trump. “¡Oficial! ¡Oficial! Está en el techo, ahí, justo en el techo”, alertaron otros testigos.
Según un video publicado por medios estadounidenses, varias personas habrían alertado a las autoridades de Pennsylvania de la presencia del agresor, quien se acomodaba a rastras por el tejado de una fábrica, ubicada a 130 metros del escenario (fuera del perímetro de seguridad desplegado por el Servicio Secreto).
“Notamos al tipo trepando por el tejado del edificio. (...) Tenía un rifle, podíamos ver claramente un rifle”, relató un testigo a la BBC. “Estaba pensando para mi mismo: ‘¿Por qué Trump sigue hablando? ¿Por qué no lo han sacado del escenario?’. Y lo siguiente que sabes, se escuchan cinco disparos”, atajó.
Michael Skype, comisario del condado de Butler, afirmó en una entrevista que dos agentes de la policía local intentaron sin éxito detener al agresor. Sin embargo, ello no detuvo a Matthew de accionar en ocho ocasiones el rifle semiautomático AR 15, propiedad de su padre, hacia el candidato del Partido Republicano.
El joven de 20 años— víctima del acoso escolar y aficionado de las armas, pero sin antecedentes penales— fue abatido por los agentes del Servicio Secreto que respondieron a las detonaciones, y quienes se encontraban en el techo de un edificio aledaño al templete desde donde Donald Trump exponía su discurso.
¿Quien era Thomas Matthew Crooks?
La Oficina Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés) conduce las investigaciones del caso, al cual catalogó como un “intento de asesinato” y “potencial terrorismo interno”. Y si bien tuvo acceso al teléfono de Matthew, así como su automóvil y vivienda, aún no ha podido determinar las causas que habrían movido al joven para asesinar a Donald Trump.
Por su parte, aunó Mayorkas, el presidente Joe Biden ordenó llevar a cabo una revisión independiente a fin de examinar el actuar del Servicio Secreto y de los otros cuerpos policiales antes, durante y después del tiroteo.
¿Atentado iraní?
Ante el intento de asesinato a Donald Trump, agencias de inteligencia de EU obtuvieron información sobre un complot del régimen teocrático encabezado por los ayatolás para asesinarlo. Esto, detallaron, habría sucedido semanas antes del atentado de Pennsylvania.
Y es que— aunque no se ha comprobado alguna relación entre Matthew y el supuesto plan iraní— el Servicio Secreto había reforzado la seguridad del ex mandatario para el evento del 13 de julio. Sin embargo, Teherán consideró “sin fundamento” y “malintencionadas” las afirmaciones de la inteligencia de EU.
ASG