Una tarde de 1873, la señora Eliza Tibbets recibió dos árboles de naranja en su domicilio en Riverside. El Departamento de Agricultura se los había enviado para probar si las frutas podían cultivarse con éxito en las tierras de California.
Los árboles viajaron desde Bahía, Brasil, donde nacieron de una mutación espontánea que les daba un sabor característico. Llegaron por mar a San Francisco y luego los movieron por ferrocarril, diligencia y un carro de madera.
Las plantas estaban casi secas después del largo viaje, pero Tibbets logró recuperarlas en su jardín.
La primera cosecha causó revuelo entre los colonos. La fruta era una naranja particularmente dulce, grande, fácil de pelar, resistente y que no tenía semillas.
La noticia de esta naranja superior se difundió rápidamente cuando Tibbets organizó una muestra de sus cosechas. La demanda de cogollos de los árboles fue tan grande que al poco tiempo se estaban plantando en toda la región.
Así nació una gran industria conocida como "la segunda fiebre del oro". Para 1900, en un esfuerzo por desarrollar la industria agrícola, cientos de trabajadores migrantes llegaron a California.
El éxito fue tal que en 1907 se creó una estación experimental de cítricos para apoyar el crecimiento de la industria, que hoy es un centro reconocido a nivel internacional de la Universidad de California, Riverside.
Las nuevas ciudades se desarrollaron entre arboledas de naranjas, limones y toronjas, convirtiendo a los cítricos en los reyes de la naciente economía. Actualmente existe el Parque Histórico de California Citrus State, donde se celebran actividades para recordar el pasado cítrico de California.