Ruth Bader Ginsburg quería que nuevo presidente de EU eligiera a su reemplazo

La jueza de la Suprema Corte, que falleció el viernes, aseguró ante su nieta en días previos a su muerte que su reemplazo sea designado después de las elecciones, esto ante los temores de que Trump de nombrar a un nuevo juez conservador.

Ruth Bader Ginsburg sabía que podría ser reemplazada por un juez conservador por Donald Trump. (AP)
AFP
Washington D.C. /

La jueza de la Suprema Corte de Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, quien falleció este viernes a los 87 años debido a complicaciones de cáncer de páncreas, afirmó en días previos que su "deseo más ferviente" era que no nombraran a su remplazo hasta después de la toma de posesión del próximo presidente en enero de 2021.

Según la radio pública NPR, Ginsburg había confiado su última voluntad a su nieta, Clara Spera. "Mi más querido deseo es no ser reemplazada hasta que un nuevo presidente preste juramento", le habría dicho unos días antes de su muerte.

En frágil estado en que estuvo Ginsburg desde hace años, hizo que la defensora de la causas feministas, de las minorías y del medio ambiente que había sido hospitalizada en dos ocasiones durante el verano pidiera que su reemplazo no fuese dictado por el actual presidente Donald Trump.

El reemplazo de Ginsburg podría ser designado, para consideración del Senado, por Trump a quien ella criticó por su "ego" y cuyo impacto en la corte dijo que "ni siquiera quería contemplar". Durante su mandato, Trump ha nombrado a dos jueces conservadores: Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.

Donald Trump dijo este sábado que tiene la "obligación" de designar "sin demoras" un nuevo juez para la Suprema Corte, tras el fallecimiento de la magistrada Ginsburg.

Nombrar a los magistrados del alto tribunal es "la decisión más importante" por la que se elige a un presidente, tuiteó Trump, en momentos en que la oposición demócrata pide que no ejerza esa atribución antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

El partido republicano del presidente Trump ostenta en el Senado una mayoría de 53 bancas sobre 100, y el líder de su bancada, Mitch McConnell, ya dijo que organizaría una votación si el presidente hacía una nomincación para llenar la vacante dejada por Ginsburg. Algunos legisladores republicanos moderados, podrían sentirse cómodos con este cambio de opinión, por lo que la lucha por convencerlos debería ser feroz.

​Los demócratas quieren evitar a toda costa que Trump designe un nuevo juez -sería el tercero en su mandato- a la Suprema Corte, que lauda sobre los grandes temas de la sociedad estadunidense, tornándola más conservadora.

dmr

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