Su mensaje es claro, sus seguidores son entusiastas y su bolsillo desborda de dinero para la campaña: Bernie Sanders es el claro favorito para ganar la candidatura demócrata y enfrentar a Donald Trump en las elecciones presidenciales en noviembre.
La próxima votación será en Carolina del Sur el sábado, y la siguiente, el supermartes, cuando 14 estados vayan a las urnas para elegir a un candidato demócrata.
Algunos factores han puesto a Sanders, de 78 años y autodefinido como un “socialista demócrata”, a la cabeza de la carrera para hacerse con la nominación que en 2016 perdió ante Hillary Clinton.
En la campaña, Sanders entrega un mensaje simple: impuestos para los ricos, subir el salario mínimo, cobertura de salud para todos, matrícula universitaria gratuita y lucha contra el cambio climático.
Orador apasionado, Sanders critica la “avaricia corporativa”, la industria de los combustibles fósiles y las élites corruptas de Wall Street.
En un mitin en Texas, que vota en el supermartes, Sanders dijo que su campaña “es para derrotar a Trump, pero es mucho más que eso”.
“Es sobre la historia del movimiento de derechos laborales en este país. Es la historia del movimiento de derechos civiles en el país. Es la historia de los derechos de las mujeres. Es la historia del movimiento de derechos de los homosexuales en este país. Es sobre la campaña sobre el movimiento ambiental”, dijo.
David Barker, profesor de Gobierno en la American University, dijo que una de las cosas que Sanders comparte con Trump es una “base muy comprometida”.
Sanders también parece haber logrado expandir su apoyo de jóvenes votantes blancos en 2016, para incluir a más hispanos y afroamericanos.
Durante ese mitin en Texas, el senador dijo que ha creado una “coalición multigeneracional y multirracial”. En los caucus de Nevada, Sanders ganó el apoyo de votantes de cada grupo de menores de 65 años y también atrajo a la mayoría de los latinos.
Las próximas primarias en Carolina del Sur se consideran una prueba clave del alcance del apoyo a Sanders entre los afroamericanos, grupo clave para una victoria demócrata en noviembre.
Experto para debatir, Sanders también demostró ser un especialista en el uso de redes sociales y, sobre todo, en atraer donaciones. Su recaudación trepó en enero a 25.1 millones de dólares, la mayor cantidad en un mes desde que ingresó a la carrera, con lo que elevó el total recaudado a 121 millones de dólares.
Pese a sufrir un ataque cardíaco en octubre, y a tener dos stent coronarios, Sanders es un activista incansable. “Sígueme en la campaña, tres, cuatro, cinco eventos hoy”, desafió a un periodista que preguntó en el último debate sobre su salud. “Veamos cómo te va en comparación conmigo”.
Nacido el 8 de septiembre de 1941 en Brooklyn, Nueva York, Sanders tendría 79 años en una eventual toma de poder, lo que lo convertiría en el presidente estadunidense de mayor edad que haya ingresado en la Casa Blanca.
La inclinación izquierdista del senador de Vermont preocupa a algunos demócratas que temen que eso lo convierta en un oponente débil contra Trump quien ya ha jugado con los temores persistentes de la Guerra Fría entre los estadunidenses, al etiquetar a Sanders como “comunista” y al llamarlo “Loco Bernie”.
En línea con los temores de demócratas moderados, el ex alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg dijo en el último debate que Sanders representa la “polarización”.
“Los estadunidenses no ven dónde encajan si tienen que elegir entre un socialista que piensa que el capitalismo es la raíz de todo mal y un multimillonario que piensa que el dinero debería ser la raíz de todo poder”, dijo Buttigieg.
Pero varias encuestas le dan a Sanders una oportunidad: el último sondeo de CBS News/YouGov de votantes registrados, le dio una ventaja de tres puntos sobre Trump a nivel nacional.