Dos importantes senadores del partido del gobierno de Estados Unidos afirmaron, tras ser informados a puertas cerradas por la CIA, no tener "ninguna duda" de que el príncipe heredero de Arabia Saudita ordenó el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Las explosivas declaraciones contradicen la posición más neutral del presidente Donald Trump, que restó importancia a los posibles vínculos entre el príncipe Mohamed bin Salmán y el brutal asesinato de Khashoggi en Turquía.
Los republicanos Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y Lindsey Graham, un aliado de Trump en la cámara alta, señalaron que hay pruebas abrumadoras de la implicación, luego de una reunión con la directora de la agencia central de inteligencia estadunidense, CIA, Gina Haspel.
"No tengo ninguna duda de que el príncipe heredero dirigió el asesinato y se mantuvo al tanto de la situación", declaró Corker.
"Si Mohamed bin Salmán estuviera frente a un jurado, sería condenado en menos de 30 minutos", afirmó sobre el hombre fuerte saudita, también llamado por sus iniciales MBS.
Graham, quien ha instado a Trump a tomar una postura mucho más dura contra Riad, destacó "la brutalidad" del asesinato.
El príncipe heredero está "loco" y es "cómplice (...) al más alto nivel posible", dijo.
"No hay una pistola humeante, sino una motosierra humeante", agregó, en alusión a comentarios del secretario de Defensa, Jim Mattis, quien desestimó el papel de MBS.
Khashoggi, colaborador del diario Washington Post y crítico del gobierno saudita, fue asesinado y presuntamente descuartizado el 2 de octubre en el consulado de su país en Estambul.
Está loco, es peligroso
Los senadores no describieron la evidencia presentada por Haspel. Una prueba puede ser una grabación de audio del asesinato, que Turquía dijo haber distribuido, pero Graham dijo no lo escucharon en la sesión informativa.
"Si el gobierno saudí va a estar en manos de este hombre durante mucho tiempo, me resulta muy difícil poder hacer negocios con ellos, porque creo que está loco, es peligroso y ha puesto la relación en riesgo", señaló.
The Wall Street Journal, The Washington Post y The New York Times informaron que la CIA tiene pruebas de que MBS intercambió 11 mensajes con su asistente Saud al-Qahtani, quien supuestamente supervisó el asesinato, justo antes y después de que ocurriera el homicidio.
"Bien podría ser que el príncipe heredero tuviese conocimiento de este trágico evento, ¡quizás lo tenía y quizás no!", dijo Trump en un comunicado el 20 de noviembre, señalando que las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita y la estabilidad del mercado petrolero eran demasiado importantes como para conmocionarse por este caso.
La semana pasada, ante la creciente presión de legisladores de todo el espectro político para que el gobierno de Trump tome medidas contra Riad, el secretario de Estado, Mike Pompeo, y Mattis insistieron en una reunión que no había ninguna evidencia sobresaliente que vinculara a MBS con el asesinato.
Graham fue enfático sobre lo contrario este martes.
"Usted tiene que ser voluntariamente ciego para no llegar a la conclusión de que esto fue orquestado y organizado por personas bajo el mando de MBS, y que él estuvo involucrado de manera intrincada en la desaparición del señor Khashoggi", dijo.
La oposición reaccionó de manera similar tras la sesión informativa de Haspel a líderes de los comités del Senado centrados en la seguridad nacional.
¿Pelea por la guerra en Yemen?
"Ahora estoy más convencido de lo que estaba antes, y estaba bastante convencido, de que, de hecho, Estados Unidos debe tener una respuesta firme tanto sobre la guerra en Yemen como sobre el asesinato del residente en Estados Unidos y periodista Jamal Khashoggi", dijo el senador demócrata Bob Menéndez.
La Casa Blanca sufrió un revés la semana pasada, cuando el Senado votó a favor de legislar para poner fin al apoyo de Estados Unidos a la coalición liderada por los saudíes en la guerra en Yemen, descrita como la peor crisis humanitaria del mundo.
Catorce republicanos se pronunciaron por avanzar en esa norma, presionando a Trump para que actúe.
La legislación sobre Yemen podría causar una amarga pelea de fin de año en el Senado por los poderes de guerra de Estados Unidos.
Algunos legisladores, como Graham, quieren una norma que castigue a Arabia Saudita, mientras que otros prefieren no confrontar a la Casa Blanca.
Hay varias proyectos, que incluyen la congelación de todas las ventas de armas de Estados Unidos a Riad y el endurecimiento de las sanciones económicas a los involucrados en el asesinato de Khashoggi.
Pompeo instó a los senadores la semana pasada a mantener el apoyo cada vez más polémico de Estados Unidos a la coalición saudita, argumentando que la retirada empeoraría el conflicto en Yemen.
jamj