• El sospechoso del presunto atentado contra Trump era paladín de mil causas

Entrevistas y grabaciones muestran a Ryan Routh como un hombre tenaz, ansioso por unirse a incontables causas, desde el combate al grafiti hasta la guerra en Ucrania.

Patricia Mazzei, Thomas Gibbons-Neff y Eduardo Medina
Miami, Florida y Greensboro, N.C. /

El hombre que fue arrestado por haber conspirado aparentemente para asesinar al expresidente Donald Trump en uno de sus campos de golf en Florida el domingo pasado, le dijo a Irán en un libro autopublicado el año pasado que era “libre de asesinar a Trump”.

Su libro, La guerra imposible de ganar de Ucrania, junto con otras publicaciones en redes sociales y declaraciones públicas del sospechoso, Ryan W. Routh, reflejaban su deseo intenso de luchar por Ucrania. También tenía una mala opinión de Trump, refiriéndose a él como “tonto”, “idiota” y “bufón”.

“La democracia se ha disuelto rápidamente bajo nuestra mirada”, escribió Routh, describiendo el ataque del 6 de enero de 2021, en el Capitolio de Estados Unidos, como una catástrofe “perpetrada por Donald Trump y su cuadrilla antidemocrática”.

Se desconoce cómo Routh –un activista trashumante y contratista de obras con un amplio historial delictivo– consiguió un rifle semiautomático, pero cuando supo dónde estaría Trump el fin de semana lo esperó en el perímetro del Trump International Golf Club, en West Palm Beach, Florida.

Una revisión de los registros públicos y a los textos de Routh, aunada a entrevistas con personas que lo conocían, parece indicar que se veía como un participante activo e influyente en acontecimientos mundiales cruciales. Se alejó de parte de su familia y casi termina convertido en indigente.

Routh ha sido un paladín en defensa de causas grandes y pequeñas al menos desde 1996, cuando hizo campaña contra el grafiti en Greensboro, Carolina del Norte, donde vivió durante décadas. En julio, a través de la plataforma de redes sociales X, instó al presidente Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris a visitar a las víctimas del atentado contra Trump en Butler, Pensilvania, escribiendo que “Trump nunca hará nada por ellos”. “Muestren al mundo lo que es la compasión y la humanidad”, escribió el 16 de julio.

En otras publicaciones en redes sociales, etiquetó a líderes mundiales y a celebridades como Elton John y Elon Musk, a menudo proporcionando su número de teléfono y correo electrónico, como si esperara una respuesta.

En los últimos años Ryan Routh vivía en Kaaawa (Hawai). Foto: The New York Times.

Un paladín con antecedentes criminales

Routh parece haber pasado gran parte de su vida en Greensboro, una ciudad de unos 300 mil habitantes, aunque en los últimos años había vivido en Hawái.

En diciembre de 2002, fue condenado por un delito grave de “posesión de un arma de muerte y destrucción masivas”, según la denuncia penal. Ese año fue detenido en Greensboro tras atrincherarse en un edificio con un arma automática, según un periódico local y Tracy Fulk, una exagente de policía que detuvo su auto y vio un arma en su camioneta antes de que huyera. “Actuaba como si tuviera algún tipo de problema de salud mental”, recordó.

Tracy Fulk, agente de policía jubilada de Greensboro, ayudó a detener a Ryan Routh en 2002. Foto: The New York Times.

Routh tiene otros cargos penales en Carolina del Norte, incluyendo posesión de un vehículo robado, posesión de bienes robados y varias infracciones de tráfico. Sin embargo, los registros muestran que era un ciudadano interesado en las causas locales.

En la década de los noventa, apareció en las páginas de un periódico local como un padre de familia que decoraba su cabaña de madera de 1840 para Halloween, y un buen samaritano que ganó un “Oscar de las fuerzas del orden” por perseguir a un presunto violador en su barrio.

En 1996, un periódico de Greensboro publicó una carta en la que Routh denunciaba “la cantidad cada vez mayor de grafiti” en la ciudad como un “recordatorio constante de la desintegración moral de nuestro Estados Unidos”.

Y hace dos décadas, apoyó los esfuerzos de su hijo adolescente por crear un parque de patinaje en el condado de Guilford, Carolina del Norte, que incluye Greensboro. Routh ayudó a los adolescentes a obtener un permiso para utilizar un terreno propiedad de una empresa petrolera. Uno de los jóvenes, Will Milsun, que ahora tiene 36 años, recordó en una entrevista el lunes que Routh había enseñado a los chicos cómo doblar madera contrachapada para construir rampas.

Milsun comentó que Routh era un padre activo que quería que sus tres hijos fueran autosuficientes y productivos. La hija de Routh tenía un pequeño negocio de impresión de camisetas. Él quería que su hijo, que practicaba el patinaje, “se implicara más en hacer cosas por sí mismo y fuera productivo”, dijo Milsun.

Milsun también trabajó junto al hijo de Routh en su empresa de tejados. Recordó que tenía unos 70 empleados y tres jefes de proyecto. “No pensé que fuera realmente político”, dijo Milsun tras enterarse de la detención de Routh.

El sheriff Ric Bradshaw, del condado de Palm Beach, Florida, mostró una foto de los objetos pertenecientes al sospechoso durante una rueda de prensa. Foto: Reuters

Fue partidario de Trump pero se desencantó

Sus publicaciones en redes sociales parecen indicar que en 2016 era partidario de Trump, pero que se había vuelto en su contra en 2020. Según muestran los registros, este año votó en las primarias demócratas de Carolina del Norte. Los familiares de Routh no respondieron a las solicitudes de comentarios.

Este año, Routh y su hija vendieron su casa “ruinosa” en Greensboro por alrededor de 175 mil dólares, afirmó David Hagaman, un agente de bienes raíces que ayudó a su socio a comprar la propiedad.

En Hawái, Routh construyó unidades de almacenamiento y casas diminutas. Tomas Baggio, de 32 años, elogió a Routh por haber construido rápidamente una casa de 11 metros cuadrados para él y su esposa en 2021 por 14 mil dólares, apenas una fracción de lo que otros contratistas les habían presupuestado. “Si no fuera por él, mi mujer y yo no tendríamos dónde vivir”, dijo Baggio.

Saili Levi, propietario de una granja de vainilla, contrató a Routh para que construyera lo que denominó una pequeña “tienda sobre ruedas” para poder transportar más fácilmente sus productos a los mercados agrícolas. Para Levi, Routh era un hombre “disperso” que parecía incapaz de aceptar responsabilidades.

Levi comentó que el trabajo de Routh era de mala calidad y que, tras haber discutido verbalmente al respecto, recibió un correo electrónico lleno de insultos y referencias a la participación de Routh en conflictos internacionales.

“Pasé cinco meses en Ucrania el año pasado”, escribió Routh, “y tres meses allí este año, y dos semanas en Washington y dos semanas en Taiwán, como voluntario y tratando de abastecer a miles de soldados afganos para ayudar a ganar la guerra”.

“Quizás sería más feliz muerto en el frente que lidiando con gente rica en coches lujosos mientras yo manejo vehículos viejos y averiados y esperando mantener mi cuenta en números negros y esperando tener comida para comer”, añadió. “A este ritmo, China y definitivamente Rusia ganarán”.

Muchas de las 291 páginas del libro de Routh están llenas de imágenes gráficamente violentas y sangrientas de soldados y civiles de diversos conflictos. En un pasaje enrevesado, Routh se disculpó con Irán por el desmantelamiento que hizo Trump del acuerdo nuclear del gobierno de Obama, y luego escribió que el país era “libre de asesinar a Trump”.

The Associated Press informó primero sobre el libro.

Agentes de la ley arrestan a Ryan Routh, el hombre sospechoso del aparente intento de asesinato de Donald Trump. Foto AP

Dispuesto a morir por la guerra en Ucrania

Semanas después de que Rusia lanzara su invasión a gran escala de Ucrania en 2022, Routh publicó en redes sociales que estaba dispuesto a morir por la causa y al poco tiempo se fue a Kiev, la capital de Ucrania.

Poco después de su llegada, le dijeron que debido a su edad y a su falta de experiencia militar no sería útil en el frente, según declaró el año pasado. Entonces cambió de rumbo, con la esperanza de reclutar combatientes extranjeros y organizar homenajes a los caídos en combate.

Routh había creado un sitio web, Fight for Ukraine (Lucha por Ucrania), en el que explicaba cómo viajar hasta allí y unirse al ejército ucraniano como combatiente extranjero. Durante casi un año, su principal objetivo fue conseguir que cientos de soldados afganos, quienes habían huido tras el colapso del gobierno de su país, para que lucharan por Ucrania.

Una patrullera del sheriff del condado de Palm Beach vigila las aguas alrededor de Mar-A-Lago. REUTERS/Giorgio Viera.

Routh tenía principios idealistas, y a veces ilegales, cuando se trataba de llevar a cabo sus planes: dar dinero a funcionarios, falsificar documentos y utilizar aviones militares estadounidenses para llevar afganos a Polonia.

Pero era tenaz, según un soldado que luchó con Ucrania y que ayudó a reclutar oficialmente combatientes extranjeros para la legión extranjera de Ucrania. El soldado, que pidió mantener su anonimato para hablar de información sensible, dijo que Routh a menudo se ofrecía a proporcionar reclutas de Medio Oriente a cambio de una comisión. Añadió que no tenía conocimiento de que Routh hubiera llevado combatientes extranjeros a Ucrania.

Para el verano de 2023, Routh se había frustrado con las exigencias y la burocracia de Ucrania, y su fervor se convirtió en desilusión y desprecio.

“El asunto de Ucrania empezó a caerle mal”, dijo David M. Edwards Jr., un comando retirado del ejército estadounidense y fundador del Project Exodus Relief, un grupo que aboga por la evacuación de los militares afganos entrenados en Estados Unidos.

Edwards puso a Routh en contacto con varios combatientes afganos que intentaban dejar Kabul, pero se dio cuenta de que “algo no iba bien”, dijo. Al final, Routh abandonó a los combatientes afganos a medio camino de su viaje a Ucrania, sin apoyo ni dinero para regresar a Afganistán, dijo Edwards.

Agentes del Sheriff de Palm Beach vigilan la entrada trasera del Trump International Golf Club en West Palm Beach, Florida EFE/EPA/CRISTOBAL HERRERA-U

Pero un exsoldado afgano, uno de los primeros refugiados a los que Routh intentó ayudar, se mantuvo en contacto hasta pocos días antes de la detención de Routh en Florida. El soldado, que habló bajo condición de anonimato por temor a represalias, dijo que Routh vivía en la parte trasera de su coche. En un mensaje de WhatsApp, Routh le envió una foto de su maletero lleno de ropa y artículos para dormir, con el mensaje “mi casa”.

También envió al soldado una foto de su cuenta bancaria: solo le quedaban 68 dólares.

Sin embargo, el soldado dijo que pocos días antes de ser detenido, Routh le seguía enviando dinero a un amigo, un comando afgano que no podía salir de Kenia pero intentaba llegar a Ucrania.

Artículo seleccionado de The New York Times

Patricia Mazzei es la jefa de la corresponsalía del Times en Miami, que cubre Florida y Puerto Rico.

Thomas Gibbons-Neff es corresponsal en Ucrania y ex infante de marina.

Eduardo Medina es un reportero del Times que cubre el Sur del país. Nacido en Alabama, reside actualmente en Durham, Carolina del Norte.

Glenn Thrush cubre el Departamento de Justicia y también ha escrito sobre la violencia armada, los derechos civiles y las condiciones en las cárceles y prisiones de Estados Unidos.



LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.