“Fue la primera vez que nuestra comunidad aprisionó a la policía, que hasta entonces siempre nos había aprisionado a nosotros”; Así describe Mark Segal, veterano de las protestas del Stonewall Inn, la primera de las seis noches de disturbios que hace 50 años desencadenaron la revolución gay.
En la madrugada del sábado 28 de junio de 1969, un grupo de jóvenes homosexuales, lesbianas, drag queens y transexuales decidió no tolerar más el abuso policial y acorraló a un grupo de agentes que llevaban a cabo una redada en el Stonewall Inn, un bar gay del Greenwich Village en Nueva York.
A fines de los sesentas, la homosexualidad era considerada una enfermedad, el sexo homosexual era ilegal en Estados Unidos (salvo en Illinois), los gays vivían en secreto y podían perder su empleo si eran descubiertos. Muchas veces eran atacados en la calle, o detenidos por conducta indecente.
“Era un lugar increíble. Ahí podías ser tú mismo. Aunque era un tugurio, aunque lo manejaba la mafia, estábamos felices de tener un lugar para nosotros”, recuerda Martin Boyce, de 71 años, frente al Stonewall Inn, declarado monumento histórico nacional por el ex presidente Barack Obama en 2016.
Los movimientos por los derechos de los negros, mujeres y latinos, la revolución sexual y las protestas estudiantiles de 1968 y contra la guerra de Vietnam contribuyeron a crear el ambiente propicio para un cambio.
El historiador David Carter, autor del libro Stonewall: las protestas que desencadenaron la revolución gay, destaca que la Sociedad Mattachine–-una de las primeras organizaciones gays, fundada en 1950– había logrado ya varios avances, como la legalización de bares gays.
Cuando Boyce. entonces de 21 años, llegó al Stonewall Inn en la noche del viernes, el bar estaba repleto y la redada había comenzado.
Vio una patrulla “y un policía brutal empujando dentro a una queen. El agente nos gritó ‘¡Maricones, se acabó el show, váyanse!’ (...) Pero en vez de obedecerle como siempre, empezamos a caminar hacia él”.
El policía “tomó su tolete e iba a levantarlo otra vez, pero vio nuestras caras y se vino abajo, y corrió hacia el bar” junto a varios colegas.
“Hicimos un semicírculo frente al bar y empezamos a tirarles monedas y luego la pelea escaló” con latas, botellas, adoquines, ladrillos y cócteles molotov. Los enfrentamientos duraron toda la noche.
Los manifestantes convocaron a nuevas protestas al día siguiente escribiendo con gis en calles y paredes, y congregaron a una multitud aún mayor que llevó a cabo disturbios más violentos. Comenzó así “la batalla por el control del corazón del gueto gay”, según narra Carter.
Las seis noches de protestas dieron nacimiento al movimiento de liberación gay, que se tornó masivo, y a asociaciones como el Gay Liberation Front y la Gay Activist Alliance que inspiraron a miles en el mundo.