Los fiscales demócratas del juicio político de Donald Trump instaron ayer a los senadores estadunidenses a cumplir su “deber” y condenar al presidente republicano a la destitución, un último intento que parece condenado al fracaso, a dos días de la probable absolución del mandatario.
“Nadie está por encima de las leyes en Estados Unidos, ni siquiera el presidente”, declaró uno de esos fiscales demócratas, el miembro de la Cámara de Representantes Jason Crow, ante los 100 senadores encargados de juzgar a Trump.
“Es nuestro deber declararlo culpable” de abuso de poder y obstrucción al Congreso, añadió, recordando que la Cámara alta del Congreso se diseñó para ser “sabia”, "imparcial” y “estar por encima de las disputas partidistas”.
Trump “vulneró su juramento”, pero “aún no es demasiado tarde para que respetemos el nuestro”, abundó Adam Schiff, que ejerce el papel de fiscal jefe del juicio.
En una última intervención, Schiff dijo a los senadores que “no se puede confiar en que este presidente haga lo que es correcto. Él no va a cambiar y ustedes lo saben”.
“Ahora hagan justicia imparcial y condénenlo”, señaló.
Los abogados del mandatario cerraron sus argumentos, pidiendo la absolución de Trump.
“El presidente no hizo nada malo”, dijo uno de sus defensores, Pat Cipollone, que pidió a los presentes “rechazar los cargos” contra Trump, en un mensaje destinado a senadores demócratas centristas como Joe Manchin y Doug Jones que pueden votar por la absolución del mandatario.
“Indeciso”
Tras el discurso del abogado, la Cámara alta dio inicio a debates formales en los que, por primera vez desde el inicio del juicio, los senadores tomaron la palabra.
Durante su intervención, Manchin se mostró “indeciso” respecto a su voto e introdujo una moción de “censura” contra el presidente, una forma de sugerirle a sus compañeros demócratas que adopten una sanción menos radical contra Trump.
Por azares del calendario, las intervenciones de los senadores —que seguirán este martes— precederán el tradicional discurso sobre el estado de la Nación, que Trump pronunciará en el Congreso ese día por la noche ante todos los legisladores.
Pero las declaraciones de la oposición y de la defensa no cambiarán probablemente nada el desenlace del juicio. La Constitución estadunidense exige una mayoría de dos tercios en el Senado, 67 de los 100 escaños, para destituir a un presidente, y Trump puede contar con el apoyo infalible de los 53 senadores republicanos.
Aunque uno o dos senadores sorprendan al votar en contra del presidente, éste está seguro de ser absuelto el miércoles, a las 16:00 locales, lo que le permitirá centrarse en su campaña de reelección.
Trump criticó en Twitter a los “demócratas de izquierda radical que no hacen nada” y volvió a atacar al funcionario anónimo cuya denuncia llevó a su juicio en el Congreso.
El verano pasado, un miembro de los servicios de inteligencia comunicó su preocupación tras haberse enterado de una llamada telefónica entre Trump y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski.
Durante esa conversación, Trump le pidió a Zelenski que se investigara al demócrata Joe Biden, uno de los favoritos para afrontarlo en las presidenciales del 3 de noviembre. En el mismo momento, la Casa Blanca congeló una ayuda militar crucial para Ucrania, que vive desde hace años un conflicto con separatistas prorrusos.
A raíz de la denuncia, los demócratas, mayoritarios en la Cámara de Representantes, abrieron una investigación con miras al juicio político de Trump, alegando que el presidente había abusado de los poderes del Estado para “manchar” a su rival Biden y “hacer trampas”.