El presidente estadunidense, Donald Trump, afirmó este viernes que no busca “un cambio de régimen” en Teherán tras ordenar el asesinato del general iraní Qasem Soleimani en Bagdad.
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Trump afirmó haber actuado para “detener” una guerra, no para comenzar una, y justificó su decisión alegando que Soleimani preparaba ataques “inminentes” contra diplomáticos y militares de EU.
“Soleimani había convertido la muerte de inocentes en una pasión repugnante”, declaró Trump, antes de amenazar a los “terroristas”.
“Los encontraremos. Los eliminaremos. Siempre protegeremos a nuestros diplomáticos, a nuestros soldados, a todos los estadunidenses y a nuestros aliados”, añadió desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida.
“Tengo un respeto profundo por el pueblo iraní”, agregó. “No buscamos un cambio de régimen”.
En sintonía, el jefe de la diplomacia estadunidense, Mike Pompeo, dijo en un tuit que su país está “comprometido con la desescalada” de tensión con Irán, tras la muerte de Soleimani, jefe de las poderosas fuerzas Quds, brazo paramilitar de élite.
El secretario de Estado afirmó al canal CNN que Soleimani preparaba “un ataque importante” que amenazaba a “cientos de vidas estadunidenses”.
En Twitter, Pompeo afirmó que conversó con sus pares chino, británico y alemán sobre la “decisión de Donald Trump de eliminar a Soleimani”.
“Estados Unidos sigue comprometido con la desescalada” de tensiones, agregó.
El embajador permanente de Irán en la ONU, Majid Takht-Ravanchi, aseguró que la muerte de Soleimani es un “acto de guerra” y sentenció que habrá una “dura venganza”.
“No podemos cerrar los ojos ante lo que sucedió anoche. Definitivamente habrá venganza”, subrayó el diplomático en una entrevista con la cadena estadunidense CNN.
Ravanchi señaló que con el ataque con drones contra el vehículo en el que viajaban Soleimani y el vicepresidente de las milicias chiitas iraquíes Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes, EU comenzó una “guerra militar”.
“Entonces, ¿qué más se puede esperar de Irán? No podemos quedarnos en silencio. Tenemos que actuar y actuaremos”, afirmó el embajador, quien defendió que la respuesta para una “acción militar es una acción militar”.
Sin embargo horas después de las declaraciones de Pompeo, EU realizó un nuevo bombardeo contra los proiraníes en Irak.
Hubo “muertos y heridos” en un bombardeo aéreo al norte de Bagdad contra un convoy de las Fuerzas de Movilización Popular o Hashd al Shaabi, una coalición de paramilitares proiraníes ahora integrados en el Estado iraquí, dijeron miembros de la policía local.
En una guerra de informaciones contradictorias, la agencia de noticias estatal iraquí INA negó que se haya producido el ataque.
RECHAZO DEMÓCRATA
Lejos de provocar una unión, el asesinato de Soleimani provocó rechazo de los demócratas.
La oposición criticó con vehemencia la decisión del presidente republicano de ordenar este ataque sin la aprobación del Congreso, a pesar de que un senador republicano cercano al presidente había sido informado de antemano.
Por el contrario, los líderes republicanos dieron la bienvenida a la operación que mató a Soleimani, emisario de Teherán en asuntos iraquíes, así como a otro líder pro-iraní en Irak.
“El presidente Trump acaba de arrojar un cartucho de dinamita en un barril de pólvora y le debe una explicación al pueblo estadunidense”, reaccionó el ex vicepresidente Joe Biden, favorito en los sondeos de las primarias demócratas para desafiar al actual mandatario en las elecciones presidenciales de noviembre.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aseguró que la muerte de Soleimani amenaza con provocar “una peligrosa escalada de violencia”.
“Estados Unidos —y el mundo— no pueden permitirse que las tensiones aumenten hasta límites irreversibles”, dijo en un comunicado.
EL PODEROSO DRON QUE PUSO EN JAQUE A IRÁN
Estados Unidos confirmó la muerte de Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución de Irán, mediante el uso de un dron del que no dio detalles, pero que numerosos medios identificaron como el MQ-9 Reaper, una bestia blanca de más de dos toneladas de peso.
El MQ-9 Reaper es un avión multimisión, con techo de vuelo medio, larga autonomía y pilotaje remoto que se emplea principalmente para la ejecución de objetivos en movimiento, además de usarse como activo de inteligencia.
El MQ-9 Reaper fue diseñado por General Atomics Aeronautical Systems y entró en servicio en 2007 con un costo de 64.2 millones la unidad. La fuerza aérea estadunidense cuenta con 93 de estos aparatos.
Este dron, que puede ser dirigido desde EU por dos pilotos de las fuerzas armadas, tiene una autonomía de mil 850 kilómetros; puede emplear bombas guiadas Unit-12 Paveway II y GBU-38, así como los misiles aire-tierra AGM-114 Hellfire.