Un manifestante pro-Trump sentado de forma displicente en la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, otro con un sombrero adornado con cuernos posa junto a compañeros visiblemente sorprendidos de encontrarse en el corazón del tempo a la democracia estadunidense: el fotógrafo de la AFP Saul Loeb registró para la posteridad momentos clave de los hechos de violencia que se desarrollaron el miércoles en el Congreso.
Su jornada de trabajo comenzó con relativa normalidad. Lo único sorprendente para Saul, de 37 años y que trabaja en la oficina de Washington desde hace 14, fueron las medidas de seguridad inusualmente ligeras para un día en que se preveían grandes manifestaciones.
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Tomó sus primeras fotos cuando comenzó la sesión del Senado para certificar la victoria electoral de Joe Biden poco después de las 13:00 horas locales. Subió al espacio dedicado a los fotógrafos un piso más arriba para enviarlas a la redacción. Cuando estaba en esa tarea los altoparlantes anunciaron un alerta de seguridad que solicitaba que nade se moviera de donde estaba.
"Como fotógrafo, escuchas eso y quieres saber qué está pasando", explicó. Salió, escuchó ruidos, bajó y se encontró con una "docena de manifestantes justo frente a la entrada de la Cámara".
"Es muy raro ver a un manifestante dentro del Capitolio, por lo que ver a una docena, justo frente a la puerta del Senado, fue muy inusual (...), entonces pensé: "Esa sería la historia del día".
"Nos animaban a tomarles fotos"
Rápidamente tomó fotografías, y observó cómo la policía intentaba, sin éxito, convencerlos de que abandonaran el edificio.
Los manifestantes "en su mayoría ignoraron [a los periodistas], nos dejaron fotografiarlos, podíamos estar lo suficientemente cerca. A menudo nos animaban a tomar algunas. Estaban de humor jovial, felices de estar allí, en un lugar donde no planeaban estar... asombrados por ellos mismos".
Saúl regresó para enviar estas fotos impresionantes y luego volvió a bajar para recorrer otras partes del Capitolio, al principio sin saber que había cientos de manifestantes dentro del edificio.
Fue en ese momento cuando vio a decenas de personas "llegar desde todas las direcciones" hasta la Rotonda, el majestuoso salón de techo abovedado que une las dos Cámaras del Congreso.
"Es uno de los edificios mejor protegidos de Washington (...) y está completamente lleno de manifestantes", dijo Loeb, describiendo una escena "desconcertante".
"Estaban básicamente haciendo lo que querían, parados en bancos, fotografiando las estatuas (...), ruidosos e inquietantes".
Luego de una serie de fotos, se dirigió a la Cámara de Senadores, sin suerte, porque el pasillo, humeante gracias los gases lacrimógenos, estaba bloqueado por la policía. Intentó ir a la Cámara de Representantes y fue lo mismo.
Se preguntaba a dónde ir cuando vio "manifestantes entrando a la oficina" de la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes.
Habitualmente está vigilada, "nadie entra sin cita previa", pero estaba llena de "manifestantes, con sus gorros MAGA, que se tomaban selfies, filmaban para redes sociales, revisaban sus cosas, sus notas, y abrían los cajones del escritorio".
Uno de ellos "colocó sus pies sobre el escritorio, revolviendo en sus papeles: esta es la foto que mucha gente ha visto ahora", dijo.
El hombre, identificado como Richard Barnett, estaba "feliz de ser fotografiado" y aparentemente "no le preocupaba en absoluto que se publicara su foto".
Entre las innumerables sorpresas de este increíble día, Saúl destacó dos más: el "largo período" durante el cual no vio presencia policial alguna y el hecho de que con "toda esa gente adentro, moviéndose libremente, el edificio parece haber quedado relativamente intacto".
DMZ