Las cuadrillas de bomberos hacían enormes esfuerzos al enfrentarse a los llamados “vientos del diablo”, extremadamente secos y cálidos, mientras combatían dos enormes incendios forestales en cada uno de los extremos de California.
En el norte de California el incendio Camp fire, considerado como el más mortífero en la historia del estado, ha matado al menos a 29 personas desde que comenzó el jueves en el noreste de Sacramento (la capital) y luego consumió gran parte de la ciudad montañosa de Paradise, de 26 mil habitantes y a unos 280 kilómetros al noreste del área de la Bahía de San Francisco, donde desde hace cuatro días se mantiene activada la alerta roja por la mala calidad del aire a causa del humo proveniente del incendio.
Cientos de kilómetros más al sur, al menos dos personas murieron en la conflagración de Woolsey fire, que amenazaba a la comunidad costera de Malibú, cerca de la zona metropolitana de Los Ángeles. La policía informó de arrestos por saqueos en la zona sur del incendio.
Autoridades esperan que los vientos secos, llamados “del Diablo”, soplen hasta este martes, lo que elevó la urgencia de las órdenes de evacuación, dijeron las autoridades.
“Estamos entrando en una nueva normalidad. La tasa de propagación es exponencialmente más alta de lo que solía ser”, afirmó el jefe de bomberos del Condado de Ventura, Mark Lorenzen, quien sostuvo en una conferencia de prensa que los incendios en California en 2018 avanzan mucho más rápido que hace una década.
El gobernador demócrata, Jerry Brown, pidió al presidente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, que declare área de desastre para reforzar la respuesta de emergencia y ayudar a los residentes a recuperarse.
“Estamos poniendo todo lo que tenemos en la lucha contra estos incendios y esta solicitud garantiza que las comunidades en las líneas del frente reciban más ayuda federal”, argumenta la carta de Brown.
Trump, en viaje a Francia con motivo del centenario del fin de la Primera Guerra Mundial, aseguró en un mensaje de Twitter a primera hora del domingo: “Con el manejo adecuado de los bosques, podemos detener la constante devastación en California. ¡Seamos inteligentes!”.
“Esto se está poniendo feo”
El incendio llamado Woolsey fire duplicó su tamaño de viernes a domingo, lo que provocó órdenes de evacuación para un cuarto de millón de personas en el exclusivo barrio de Malibú, en la costa del Pacífico, y otras comunidades en los condados de Los Ángeles y Ventura.
“Esto se está poniendo feo”, reconoció el meteorólogo Marc Chenard del centro de predicción del tiempo del Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por su siglas en inglés) en College Park, Maryland. “No hay más que malas noticias”, agregó.
El incendio Camp fire ha barrido 6 mil 700 hogares y comercios en Paradise, convirtiéndose en el incendio forestal más destructivo de la historia de California y desde anoche, como en el más letal. Según los datos de Calfire, 4 mil 50 bomberos trabajan en las tareas de extinción del fuego
Hasta ayer, solo el incendio Griffith Park en 1933 y el Tunnel en 1991 se habían cobrado más vidas en el estado fronterizo. _
“Vientos del diablo” en California atizan fuego
Catástrofe natural
Más víctimas. El estado sufre dos grandes incendios forestales que amenazan a zonas urbanas; emiten órdenes de evacuación para 250 mil habitantes de Malibú
Paradise /
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