Estados Unidos ha tenido 46 presidentes desde su declaración como país independiente, y en 2024 decidirá si Joe Biden mantiene el puesto o si es reemplazado por un republicano. Casi todas las administraciones cubrieron el tiempo que marca la Constitución, salvo un puñado de casos que vale la pena recordar.
La mayoría de los jefes de Estado consiguió reelegirse, y sólo una minoría no pudo hacerlo. Pero los mandatarios que no terminaron su gobierno son realmente pocos en la historia de Estados Unidos.
Las circunstancias por las que estos políticos tuvieron que mudarse de la Casa Blanca antes de lo establecido por la ley se deben a las condiciones de su momento histórico y tienen sus propios matices, pero todas comparten la característica de que fueron escandalosas, demoledoras y trágicas.
La lista histórica de personas que no gobernaron en la nación del dólar por el tiempo que fueron elegidas está conformada por apenas 9 puestos. MILENIO recoge el por qué de su retirada.
Sólo uno de los hombres incluidos en el conteo enfrentó un proceso judicial que lo descarriló del poder, por lo que pudo continuar con su vida como ciudadano común tras su renuncia, pero el resto ocupó la silla presidencial hasta que su corazón dejó de latir.
La mitad de ellos fueron asesinados por asuntos políticos o ideológicos, mientras que los otros cuatro perdieron las funciones vitales a causa de enfermedades crónicas o fallas de algún órgano.
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¿Qué presidentes no terminaron su mandato constitucional en Estados Unidos?
William Henry Harrison
En febrero de 1841, el noveno presidente (quien tenía 68 años al momento de ser electo) rindió protesta en Washington, pero una neumonía lo convirtió en el primer presidente que murió en su oficina apenas 32 días después.
El originario de Berkeley ostentó el récord de ser la persona con más edad al momento de obtener el mando, hasta la llegada de Joe Biden (actualmente de 80 años); y tiene la curiosa marca por la presidencia más corta de la historia.
Tras la muerte del hombre a cargo de la Casa Blanca, el vicepresidente John Tyler fue ascendido y gobernó hasta 1845. Luego pasó la estafeta a James K. Polk.
Zachary Taylor
Zachary Taylor, el doceavo presidente de la historia, también pereció mientras estaba en funciones con tan sólo 9 años de diferencia de Henry Harrison. Su administración inició en marzo de 1849 y terminó en julio de 1850, a causa de una enfermedad gastrointestinal aguda.
Zachary Taylor, nacido en Virginia, murió a los 38 años y fue una de las figuras militares de mayor peso durante la guerra entre México y Estados Unidos, que concluyó con la cesión de más de la mitad del territorio mexicano al país del norte en 1848, en la última administración de Antonio López de Santa Anna.
El vacío de poder que dejó su fallecimiento fue ocupado por Millar Fillmore, quien gobernó hasta 1853. Él fue el último presidente que no estuvo afiliado ni al Partido Demócrata ni al Republicano, sino al Wing.
Abraham Lincoln
El dieciseisavo jefe de Estado, y primero del Partido Republicano, ganó la reelección en 1961 pero no llegó al final de su gobierno. En ese tiempo estalló la guerra civil estadunidense, detonada, entre otras cosas, por la Declaración de Emancipación de 1863 que abolió la esclavitud en su país.
El primer magnicidio de la nación ocurrió en un palco del teatro Ford, en Washington, ejecutado por John Wilkes Booth el 14 de abril de 1865. El móvil del crimen fue la ideología radical del magno homicida, identificado con los oligarcas sureños que se oponían al republicano, según información de la Casa Blanca.
Para dirigir el país tras el disparo en la cabeza de Lincoln, se nombró al demócrata Andrew Jackson quien tuvo que lidiar con una crisis de gobernabilidad, y fue sometido a un juicio para destituirlo impulsado por el Congreso de mayoría republicana.
Jackson consiguió vencer en el juicio y terminar el periodo, pero su partido optó por no postularlo para la reelección debido a la debilidad de su imagen.
James Garfield
Estados Unidos eligió a su vigésimo presidente en 1880, pero 200 días después lo perdió por un ataque armado. El también republicano, oriundo de Ohio, recibió dos disparos de la mano de Charles Guiteau que lo dejaron gravemente herido. El atentado fue motivado por la frustración del atacante al no recibir empleo, según la BBC.
James Garfield convaleció durante días en la Casa Blanca, y fue atendido sin éxito por Alexander Graham Bell, el mismo que inventó el teléfono, quien utilizó un invento médico para extraer la bala mediante impulsos electromagnéticos. El gobernante murió el 19 de septiembre de 1881 por una infección y hemorragia internas.
Chester A. Arthur fue quien relevó a Garfield, y gobernó hasta 1885.
William McKinley
El republicano nacido en Ohio se convirtió en el vigésimo quinto presidente de Estados Unidos en 1897, y fue reelecto en el cambio de siglo, pero no vivió para ceder la banda presidencial por culpa de un revólver detonado en la localidad de Buffalo, Nueva York. Su gobierno estuvo marcado por el conflicto con España.
McKinley fue atacado por el anarquista Leon Czolgosz (quien fue arrestado) y murió luego de agonizar durante 8 días por heridas en órganos vitales. El ejecutor declaró que no sentía remordimiento por su acto, e incluso dijo que lo repetiría, citado por la BBC.
Theodore Roosevelt, compañero de partido de McKinley, tuvo el privilegio de mandar a partir de 1901 cuando tenía 42 años. El presidente más joven de Estados Unidos, hasta ese entonces, también recibió un Novel de la Paz por su mediación en el conflicto con España.
Warren G. Harding
El vigésimo noveno presidente de Estados Unidos fue periodista durante su juventud en su natal Ohio, pero luego se sumó a las filas del Republicano desde donde alcanzó la silla presidencial en 1921, pero le fue arrebatada por un infarto dos años después.
Warren G. Harding fue un nostálgico que apostó por una política moderada y contenida, pero su círculo político no estuvo libre de acusaciones de corrupción o enriquecimiento ilícito. La pérdida de popularidad minó su salud mental y lo sumió en una profunda depresión, que se convirtió en un ataque al corazón en 1923.
El 23 de agosto de 1923, Calvin Coolidge recibió la notificación de que era presidente; y ocupó el cargo hasta 1929.
Franklin D. Roosevelt
El trigésimo segundo presidente tomó las riendas en uno de los puntos más bajos de la gran depresión, en noviembre de 1932. Era primo quinto del también presidente Theodore Roosevelt, una de sus figuras de inspiración. Su primer cargo público fue como senador de Nueva York y más tarde gobernó el estado.
El político logró calmar los ánimos de los banqueros por su manejo de la economía, y ganó la reelección en 1936 con un margen considerable. Para su mala suerte, la presión del cargo desgastó su salud y afectó su presión arterial hasta que una hemorragia cerebral acabó con su vida en 1945.
El 12 de abril de 1945, el vicepresidente Harry S. Truman fue ascendido al mayor nivel del servicio público, puesto por el que no buscó la reelección.
John F. Kennedy
El que quizá es el caso más conocido de la lista por ser relativamente reciente, y haber sido filmado en vivo, se trata del asesinato del trigésimo quinto presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, un magnicidio que hizo vibrar los cimientos de la política estadunidense.
El originario de Massachusetts recibió un disparo de francotirador en la cabeza mientras iba a bordo de un descapotable, el 22 de noviembre de 1963 cuando apenas rebasó los cien días de gobierno. Kennedy, del Partido Demócrata, es el mandatario que murió a más temprana edad (46 años).
La víctima del ataque manejó durante su gobierno uno de los puntos más tensos de la guerra fría: la crisis de los misiles en Cuba. Por esta razón se han elaborado múltiples teorías sobre su muerte, pero la versión oficial defiende que fue obra de un solo hombre, Lee Harvey Oswald, quien fue condenado a la pena capital dos días después de su arresto.
La crisis política derivada del atentado tuvo que ser afrontada por el vicepresidente Lyndon B. Johnson, un veterano de la segunda guerra mundial.
Richard Nixon
El escaño final del listado es ocupado por el trigésimo séptimo presidente, Richard Nixon, la única persona que ha renunciado a la Casa Blanca en la historia de Estados Unidos. Su decisión, que a sus palabras iba contra su instinto, vino antes de un juicio político que apuntaba a retirarlo.
El escándalo de Waltergate, que lo llevó a dimitir, comenzó cuando un par de periodistas de The Wall Street Journal evidenciaron su participación en el robo de documentos confidenciales al Partido Demócrata durante 1972, en plena campaña de reelección del presidente.
De acuerdo con la investigación, dos personas sustrajeron archivos de las oficinas nacionales y fueron pagados con dinero del gobierno. El mandatario pretendió ocultar sus nexos con el caso, pero fue obligado por la justicia a entregar grabaciones en las que él solicitaba detener las indagaciones en 1974.
Nixon fue indultado de todos los delitos por su sucesor, quien fue su vicepresidente, Gerald R. Ford (esto le costó la reelección al demócrata).
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Estados Unidos tendrá su cuadragésimo séptimo presidente en 2024, si todo sale como está planeado. Está por verse si Joe Biden se une al club de presidentes que no consiguieron la reelección, o si su propuesta de Bidenomics convence a los votantes estadunidenses.
SNGZ