Los mexicanos y venezolanos prosiguieron hoy su ayuda a los cubanos para liquidar los restos del incendio que destruyó casi la mitad de la principal base de almacenaje de combustible de la isla, mientras la oferta de Estados Unidos de prestar “asesoría técnica” parece haber quedado en simples promesas.
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“El esfuerzo titánico que se ha realizado permitió controlar el incendio (ayer); sin las acciones realizadas el fuego se habría extendido a la segunda sección de la base, ahora estamos en la fase de extinción de los focos que quedan y seguir enfriando la zona”, dijo a la prensa Miguel Sánchez. líder de los especialistas de la estatal Petróleos de Venezuela que auxilian a los cubanos.
El enfriamiento de la zona que se encuentra entre el tanque destruido el sábado y el depósito colindante colapsado horas después, es vital para poder acceder al área donde se supone estarían los restos de 14 bomberos desaparecidos desde el viernes pasado, cuando comenzó este desastre.
En ese contexto de catástrofe, sin precedentes en Cuba, el presidente Miguel Díaz-Canel solicitó el sábado ayuda a países petroleros con experiencia en el manejo de este tipo incendios y en la noche de ese mismo día llegaron al aeropuerto internacional “Juan Gualberto Gómez” de Matanzas los primeros de los más de 20 vuelos de ayuda enviada desde México con especialistas, técnica y materiales específicos para combatir el siniestro.
Pocas horas después, en la madrugada del domingo, desembarcaron similares contingentes de Venezuela, “y lo primero que hicieron , al igual que los mexicanos, fue trasladarse a la zona de desastre para comenzar a elaborar con nosotros una estrategia de enfrentamiento”, dijo entonces Mario Sabines, gobernador de Matanzas, provincia situada 100 kilómetros el este de La Habana y donde radica la base de supertanqueros incendiada.
EU y el incendio en Cuba
Ante el desastre y los primeros daños humanos, Estados Unidos expresó sus condolencias y propuso “asistencia técnica” a la isla.
“El gobierno de Estados Unidos ofreció condolencias desde el sábado 6 de agosto al medio día por vía del Departamento de Estado, lo que agradecimos directa y públicamente. Ofreció asesoría técnica, la que también agradecimos y aceptamos”, afirmó el vice ministro de Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío.
Sin embargo, cinco días después de los ofrecimientos, la asistencia estadunidense brilla por su ausencia. “El gobierno cubano aún tiene que solicitar formalmente la asistencia de Estados Unidos para que se pueda tramitar la ayuda”, dijo el martes pasado un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de ese país.
Desde el llamado “deshielo entre Washington y La Habana” durante el último mandato del presidente Barack Obama, ambos países tienen acuerdos para actuar de conjunto contra desastres similares al ocurrido en la base de supertanqueros de Matanzas.
El estado de Florida, situado en el sur de Estados Unidos, se encuentra a unos 50 minutos de vuelo del aeropuerto de Matanzas, de ahí que la desproporción que se observa entre la rápida, masiva y práctica ayuda de México y Venezuela, y el formalismo de Estados Unidos haya disparado en la isla todo tipo de burlas hacía el vecino del Norte.
“Es sencillo: Se incendia mi casa, grito pidiendo ayuda. Los vecinos de las cuadras distantes vienen con cubos de agua a apagar el fuego. El vecino de al lado me dice que lo llame por teléfono para asesorarme”, es uno de los comentarios sarcásticos que corren por las redes.