El jefe de la diplomacia estadunidense para América Latina y el Caribe, Brian Nichols, consideró "muy difícil" que el plan antidroga del presidente colombiano, Gustavo Petro, tenga éxito si no erradica cultivos de hoja de coca en su país.
La política antinarcóticos de Petro se centra en la prevención del consumo en lugar de la persecución de cultivadores de la hoja de coca, la base de la cocaína.
El tema salió a la conversación por parte del republicano Jim Risch durante una audiencia en el Senado sobre las relaciones entre Estados Unidos y Brasil.
"Colombia por primera vez en dos décadas, no ha logrado erradicar una sola hectárea de coca" y "las incautaciones de heroína y cocaína han disminuido drásticamente mientras que su producción ha aumentado", afirmó el senador.
- Te recomendamos En Colombia, Petro confía en que su hijo pueda demostrar su inocencia Internacional
Por su parte, el jefe de diplomacia Nichols presumió de "un diálogo sólido" con el gobierno colombiano sobre la lucha contra los estupefacientes y el estado de derecho.
"Creemos que un enfoque holístico es vital en Colombia y ese enfoque debe incluir prohibición, erradicación, oportunidades de desarrollo alternativo, el cuidado del medio ambiente en las zonas rurales y las oportunidades para apoyar los medios de vida rurales", afirmó, y añadió que habrá un diálogo de alto nivel a finales de marzo.
Sin embargo, el senador Risch insitió en preguntar por qué Colombia detuvo la erradicación en enero.
"El presidente Petro dijo que deseaba reevaluar las políticas antinarcóticos de las administraciones anteriores y como parte de esa reevaluación quería tener una política de erradicación puramente voluntaria", contestó Nichols.
Las negociaciones sobre cómo funcionará "están en curso" pero "creemos que es muy difícil tener éxito si no hay presión a la baja sobre el cultivo, y particularmente antes de que un programa voluntario de erradicación esté en marcha", añadió el alto cargo del Departamento de Estado.
Petro ha prometido traer una paz duradera a Colombia después de seis décadas de violencia, en parte reformando el modelo de guerra contra las drogas respaldado por Estados Unidos para hacer hincapié en el consumo y no tanto en la producción.
aag