La justicia neoyorquina inculpó este jueves a cuatro funcionarios bielorrusos de "conspirar para perpetrar piratería aérea" por desviar un avión de Ryanair que cubría la ruta entre Atenas (Grecia) y Vilna (Lituania) para detener al periodista disidente Roman Protasevich, que viajaba a bordo.
"Estamos decididos a hacer rendir cuentas a los culpables de esta sorprendente conspiración para perpetrar una piratería aérea que no solo violó la normativa internacional sino la legislación penal estadunidense", reza el escrito del fiscal Damian Williams.
Los acusados de desviar a Minsk, el 23 de mayo de 2021, el avión que se dirigía a la vecina Lituania son: Leonid Mikalaevich Churo, director general de Belaeronavigatsia, la autoridad de navegación aérea, y su vicedirector Oleg Kazyuchits, así como dos responsables de los servicios de seguridad Andréy Anatolievich (se desconoce el apellido) y un cuarto del que se desconoce el nombre y el apellido.
Los acusados, que siguen en Bielorrusia y están en libertad, se exponen a una pena de entre 20 años de cárcel y cadena perpetua en Estados Unidos. "Estados Unidos espera trabajar con socios extranjeros" para sentarlos en el banquillo de la justicia, señala la fiscalía que ha asignado el caso al juez Paul A. Engelmayer del tribunal del distrito sur de Manhattan.
Cuatro pasajeros estadunidenses
Para el fiscal, el desvío del avión de la compañía de bajo costo puso en peligro la vida de los más de 100 pasajeros que viajaban en el mismo, entre ellos, "cuatro ciudadanos estadunidenses".
"Desde el inicio de los vuelos motorizados, los países del mundo han cooperado para mantener a los pasajeros de los aviones seguros", pero "los acusados pulverizaron estos estándares desviando un avión con el innoble propósito de perseguir a un disidente y la libertad de expresión", reza un comunicado del fiscal.
Las autoridades bielorrusas alegaron que habían desviado el vuelo FR4978 de Ryanair a la capital Minsk al ser alertadas de la presencia de una bomba, que resultó ser falsa, y que terminó con el arresto del periodista disidente y activista político Román Protasevich y de su pareja, la rusa Sofía Sapega.
Protasévich, de 26 años, es un bloguero y ex jefe de redacción del influyente medio opositor Nexta, exiliado en Lituania. El gobierno de Alexander Lukashenko lo acusa de fomentar la movilización masiva de los bielorrusos durante las protestas de 2020 contra la polémica reelección del autócrata, en unos comicios considerados por las potencias occidentales de "fraudulentos".
El FBI y sus socios extranjeros seguirán "haciendo rendir cuentas a los responsables de acciones que amenazan directamente la vida de nuestros ciudadanos estadunidenses y ponen en peligro la estabilidad de nuestra seguridad nacional", dice en el comunicado el director adjunto de la policía federal estadounidense, Michael J. Driscoll.
Varios países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y la Unión Europea, habían anunciado sanciones contra Bielorrusia, cuyo espacio aéreo ha sido vetado por la mayoría de las compañías aéreas del mundo.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que esta semana anunció la conclusión de una investigación sobre el caso, tiene previsto examinarlo el próximo 31 de enero, así como "una solicitud de Bielorrusia" sobre lo que el país considera "restricciones y sanciones ilegales" impuestas en particular por la Unión Europea.
La última crisis que provocó Bielorrusia con la Unión Europea se remonta a noviembre del año pasado, después de facilitar la llegada a su territorio de miles de migrantes de Oriente Medio cuyo destino final era el espacio comunitario.
RM