Estados Unidos impuso el martes sanciones a dos primos del presidente sirio, Bashar al Asad, por el tráfico de la droga estimulante captagon, una exportación creciente para ese estado de Oriente Medio, que está normalizando rápidamente sus lazos en la región.
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"Siria se ha convertido en un líder mundial en la producción de captagon altamente adictivo, gran parte del cual se trafica a través del Líbano", justificó Andrea Gacki, el alto funcionario del Tesoro que maneja el asunto de las sanciones, en un comunicado.
Una investigación de la AFP en noviembre descubrió que Siria se ha convertido en un narcoestado con una industria de captación de 10 mil millones de dólares que empequeñece todas las demás exportaciones y financia tanto a Asad pero también a muchos de sus enemigos.
Estados Unidos, en coordinación con Reino Unido, anunció que impondría sanciones por narcotráfico a dos de los primos del presidente: Samer Kamal al-Asad y Wassem Badi al-Asad.
Samer Kamal al-Asad es propietario de una fábrica en la ciudad costera de Latakia que produjo 84 millones de pastillas de captagon en 2020, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
“Con nuestros aliados, responsabilizaremos a aquellos que apoyan al régimen de Bashar al-Assad con ingresos de drogas ilícitas y otros medios financieros que permiten la continua represión del régimen sobre el pueblo sirio”, señaló
Otra de las personalidades alcanzadas por las sanciones estadounidenses incluyen a Nouh Zaitar, el capo de la droga más famoso del Líbano que está huyendo de las autoridades, y Hassan Dekko, un libanés-sirio con conexiones de alto nivel en ambos países.
Arabia Saudita se ha convertido, por mucho, en el mercado más grande para el captagon, una anfetamina derivada de un tratamiento que alguna vez fue legal para la narcolepsia y el trastorno de la atención.
Esta droga barata atrae tanto a personas de las clases ricas del estado petrolero como a los trabajadores pobres, en un país de orden islámico donde el alcohol es un tabú.