La canciller alemana, Angela Merkel, homenajeó a los supervivientes de Auschwitz, a punto de cumplirse los 75 años de la liberación del mayor campo de exterminio de la Alemania nazi, y recordó su valor como figuras "clave contra el olvido" frente al antisemitismo actual.
"Cada ataque antisemita, cada amenaza ultraderechista es un ataque contra los valores fundamentales de nuestra sociedad, de nuestra democracia", afirmó Merkel, al inaugurar en Essen (oeste) la exposición "Survivors. Faces of Life after the Holocaust", formada por los retratos de 75 supervivientes.
La canciller expresó ahí la "profunda vergüenza" que siente ante unos "crímenes que superan nuestra capacidad humana de entendimiento".
Reiteró así, desde Alemania, el mensaje que dejó el pasado diciembre en Auschwitz, la ciudad de la Polonia ocupada en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) donde el Tercer Reich instaló un complejo que ocupó 200 hectáreas de terreno y en el que se calcula fueron asesinadas más de un millón de personas.
Fue su primera visita como líder alemana a ese lugar, al que habían acudido el canciller socialdemócrata Helmut Schdmit, en 1977, y el conservador Helmut Kohl, en 1989 y en 1995. Merkel dispensa a Israel el trato de socio preferencial, por razones de responsabilidad histórica hacia ese país, y defiende el férreo distanciamiento de la ultraderecha.
Responsabilidad histórica y lucha contra la ultraderecha
"Nuestro gobierno está firmemente comprometido en la lucha contra toda forma de xenofobia y en la defensa de las minorías", insistió, en la inauguración de la muestra. Recordó ahí las medidas aprobadas por su Ejecutivo, el pasado otoño, contra la violencia ultraderechista y el antisemitismo.
Las palabras de Merkel van más allá de las frases de rigor ante el aniversario de la liberación de Auschwitz por las tropas aliadas, el 27 de enero de 1945, unos meses antes del suicidio de Adolf Hitler en su búnker de Berlín, el 30 de abril, y de la Capitulación del Tercer Reich, el 8 de mayo.
Se producen en tiempos de alerta por el ímpetu de la ultraderecha, presente en el Bundestag (Parlamento federal) desde 2017 y tercera fuerza a escala nacional. El hemiciclo es escenario frecuente de sus mensajes incendiarios, mientras fuera se multiplican las situaciones de acoso, intimidación y agresiones a políticos por neonazis.
Merkel reforzó en la inauguración sus advertencias contra estas corrientes y recordó la responsabilidad que Alemania seguirá teniendo, durante generaciones, como país que organizó y perpetró el Holocausto.
A 75 años, entre el campo nazi y el avión de la bundeswehr
El auténtico protagonista de la ceremonia, para muchos, era Naftali Fürst, de 87 años y uno de los rostros captados por Martin Schoeller, fotógrafo nacido en Múnich en 1968 y afincado en Nueva York.
Fürst, nacido en Bratislava y liberado del campo de Buchenwald -en el este de Alemania- con 12 años, llegó a Essen en un avión del Ejército alemán, la Bundeswehr, procedente de Tel Aviv.
"Mis palabras deben servir para que aquello no vuelva a pasar", explicó, en alemán, para recorrer a continuación la muestra, instalada en lo que fue el mayor complejo minero de la Cuenca del Ruhr, el Zoll Verein, en funcionamiento entre 1851 y 1986 y, desde 2001, incluido en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
En la presentación para los medios, la víspera, Fürst había mostrado una fotografía suya, con 12 años, captada el día en que su campo fue liberado. Destacaba ahí su mirada de niño, entre hombres adultos, escuálidos y sin acabar de creerse que el horror quedó atrás.
Fürst admitió ahora, 75 años después, la mezcla de extrañeza y "sentido de responsabilidad hacia los que nos siguen" con que volvía a Alemania, en un avión militar y para una ceremonia compartida con la líder del país.
Los rostros, para cuando falten las voces vivas
La exposición ha sido producida por la Fundación de Arte y Cultura de Bonn y el centro de documentación sobre el Holocausto de Yad Vashem, en Israel. Ahí fotografió Schoeller a Fürst y los restantes supervivientes elegidos para una exposición concebida como itinerante, tras su arranque en Essen.
"Es el trabajo más emocional de mi vida. Cada rostro encierra una lección de vida y refleja lo que no puede describirse con palabras", explicó Schoeller, cuya cámara captó en el pasado a políticos como Barack Obama, Hillary Clinton y la misma Merkel, o actores como George Clooney, Clint Eastwood y Angelina Jolie.
Sus rostros permanecerán "cuando ya no podamos escuchar sus palabras", añadió el artista. "Pronto viviremos en un mundo en que ya no quedará ningún superviviente del Holocausto", advirtió, en un texto escrito para la muestra, el director de Yad Vashem, Avner Shalev.
Ahora, con esos testimonios, hay quien niega la verdad histórica del Holocausto. "Cuesta imaginar cómo será, cuando ya no podamos remitirnos a sus supervivientes", alertó.
jamj