Boquiabiertos ante el drama

Crónica | Notre-Dame

“Es triste, es más que triste. Es un edificio que resistió a tantas cosas, guerras (...) Es una parte del patrimonio que desaparece”, se lamenta una turista.

Desde el Sena, testigos graban con sus celulares el siniestro. (AFP)
AFP y Simon Valmary
París /

“Estamos por perder Notre-Dame!”. Son casi las ocho de la tarde, la aguja de la catedral parisina se derrumba y un grito de horror se escucha entre la multitud que a lo largo de la orilla del río Sena asiste, petrificada, a la desaparición de una parte de la mítica construcción en llamas.

“Cuando pienso que hemos pasado delante hace una hora. Hicimos fotos, aún había la torre [la aguja]", suspira Stéphane, turista de 46 años llegado de Grenoble (este de Francia).

“Es triste, es más que triste. Es un edificio que resistió a tantas cosas, guerras (...) Es una parte del patrimonio que desaparece”, se lamenta. “Es dramático. Estamos perdiendo Notre-Dame”, cuenta un hombre a su interlocutor al teléfono. “Espero que no sea un atentado”, comenta preocupada una señora.

En la explanada del Hotel de Ville (sede del ayuntamiento de París), cercano a la catedral, en los barcos turísticos bateaux-mouches, a lo largo de los muelles del Sena, parisinos y turistas del mundo entero detuvieron sus compras, boquiabiertos ante la espesa nube de humo amarilla y las llamas que emergían a toda velocidad del tejado del mítico edificio.

“¡¿Notre-Dame está en llamas?!”, pregunta en inglés una turista japonesa, como para convencerse de lo que ocurre ante sus ojos.

“Notre-Dame es un símbolo en el mundo entero. Es terrible”, confiesa Jane, oriunda de Londres.

Muchos graban o hacen fotos con sus celulares, algunos están demasiado impactados para hacerlo. Otros se abrazan o se enjugan una lágrima.

“La fisionomía de París va a cambiar, es terrible”, dice María, jubilada que vive a unas calles del Sena. Célien Palcy tiembla. Este estudiante en historia del arte en la escuela del Louvre en París se acercó en cuanto oyó la noticia.

“Duele”, declara, con la voz rota. “No la recuperaremos. Ya no hay mucho que hacer”, añade sin apartar la mirada de las llamas que se propagan hacia las dos famosas torres.

”Nunca veré Notre-Dame”, se lamenta William, turista estadunidense que llegó con su mujer para visitar París. “Debíamos visitarla mañana. Qué tristeza. Es un emblema de Francia, todo el mundo conoce Notre-Dame, Quasimodo [...] Francia ha perdido una de sus joyas, ha perdido un poco de su historia. ¿Cómo ha podido ocurrir?”


AMLO

Presidente de México
• “Lamento el incendio en la catedral de Notre-Dame, es una desgracia para el arte, la cultura y la religión.

Donald Trump
Mandatario de Estados Unidos
• “Es tan horrible ver el enorme incendio en la catedral, tal vez se puedan usar aviones cisterna para apagarlo”.

Jair Bolsonaro
Presidente de Brasil
• “Manifiesto mi profundo pesar por el incendio que devastó uno de los mayores símbolos de la espiritualidad cristiana”.


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