El primer ministro británico, Boris Johnson, instó a los líderes de la UE a abandonar su oposición a renegociar el Brexit, mientras la libra esterlina se hundía por la preocupación que genera una salida del bloque sin acuerdo.
Johnson, que asumió la semana pasada, quiere cambiar los términos del acuerdo de retirada alcanzados por su antecesora Theresa May, pero insiste en que Reino Unido abandonará de todos modos la Unión Europea el 31 de octubre con o sin compromiso.
La UE ha afirmado que no reabrirá las negociaciones.
"El acuerdo de retirada está muerto", dijo Johnson a la prensa en su primera visita a Escocia.
"Estoy confiado en que tendremos un acuerdo, pero también es correcto prepararnos para un no acuerdo", agregó.
El gobierno británico aún no anunció ninguna visita de Johnson a las capitales de la UE, y su vocera ha indicado que no viajaría hasta que Bruselas cambie su postura.
"Por supuesto quiere reunirse con los líderes dela UE y negociar, pero no para que lo sienten y le digan que la UE no puede reabrir el acuerdo de retirada", explicó.
La Confederación de Industria Británica (CBI), el cámara empresarial más importante del país, señaló que las empresas necesitaban tener una "plan de emergencia" ante la creciente posibilidad de que no haya acuerdo.
La libra británica perdió cerca de un 1 por ciento frente al dólar por primera desde marzo, a un nivel que no alcanzaba desde hace dos año y medio.
En un informe, la CBI advirtió que tanto Reino Unido como la UE no estaban preparados para un Brexit sin acuerdo e instaron a los empresarios a preparar planes de contingencia.
La jefa del grupo para las negociaciones con la UE, Nicole Sykes, tuiteó que era como "poner bolsas de arena para una inundación".
"La cocina se va a inundar pero QUIZÁS podemos salvar los dormitorios del piso de arriba", escribió.
"Presión sin precedentes"
El Instituto para el gobierno también advirtió que un Brexit sin acuerdo "dominaría al gobierno por años", dejando poco espacio para otras prioridades domésticas subrayadas por Johnson como salud, educación y transporte.
Este centro de estudios indicó que esa situación colocaría al Reino Unido, que incluye a Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, "bajo una presión sin precedentes".
En su primera visita a Escocia como primer ministro, Johnson visitó una base naval antes de reunirse con la líder conservadora escocesa Ruth Davidson, contraria a una Brexit sin acuerdo.
En su agenda figuraba también un encuentro con la primera ministra Nicola Sturgeon, líder del separatista y pro europea Partido Nacional Escocés (SNP), quien dijo que el gobierno de Londres está conduciendo al país hacia un "desastre".
Sturgeon afirmó la semana pasada que Escocia, que votó permanecer en la UE en el referendo de 2016, necesitaba una "alternativa" a la estrategia de Brexit de Johnson.
Sturgeon dijo a Johnson que el Parlamento escocés podría pasar una ley en los próximos meses para otra votación sobre la permanencia o no de Escocia en Reino Unido.
El primer ministro irlandés Leo Varadkar aseguró de su lado que un Brexit sin acuerdo haría que más gente en Irlanda del Norte "cuestione la unión" con Reino Unido.
jamj